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Reportaje:BANDA SONORA

Conciertos horizontales

El ciclo La Terraza Suena permite ver recitales de pop en posición de tumbado en una bucólica azotea - Toro y Moi Kath Bloom actúan este mes

Carlos Marcos

Nos acabamos de enterar de lo que es un loop. Y ha sido disfrutando de un bello atardecer de agosto en una azotea de Madrid. Lo de la palabra inglesa aplicado a la música moderna lo explica con una sonrisa Lucrecia Dalt, una guapa cantante y guitarrista colombiana de 29 años que vive en Barcelona: "¿Un loop? En inglés significa bucle y es cuando grabas algo y lo programas para que se repita una y otra vez con el objetivo de dotar de una atmósfera determinada a una canción". Entendido. Lucrecia acaba de bajar del escenario que hay instalado en la azotea de La Casa Encendida (centro social y cultural de la Obra Social Caja Madrid) después de actuar durante una hora. Le pega un trago a una botella de agua, pero durante su concierto ha dado sorbos a un vaso de plástico que contenía vino. Su pop delicado, casi minimalista, forma parte de un ciclo musical, prácticamente el único en el desierto agosteño de la capital, que se denomina La Terraza Suena.

"En una actuación la gente se tiró al suelo y ya siempre es así", cuenta el organizador

El objetivo de la muestra lo expresa su creador y programador, José Luis Villalobos, de 38 años, vecino de Madrid hasta que en breve emigre a Bruselas ("es una ciudad encantadora y allí puedo controlar los movimientos musicales de toda Europa"): "El único objetivo es que sean propuestas de calidad no sujetas a limitaciones artísticas. Es música que recibe poca difusión en los medios, experimental en muchos casos, que va desde la electrónica al folk pasando por la improvisación". La costumbre (es el séptimo año de La Terraza Suena) hace que Villalobos olvide varios aspectos vitales para que cada concierto agote las 350 entradas de forma anticipada.

Primero, la forma de ver el concierto. Sorprende que todos los espectadores permanezcan sentados (o directamente tumbados) en el suelo de la terraza mientras escuchan de forma respetuosa lo que se expone desde un escenario que apenas se eleva 50 centímetros. "Fue de forma espontánea", relata Villalobos. "Durante un concierto de electrónica tranquila de hace años la gente comenzó a tirarse en el suelo y ya siempre es así", añade. Decir que el suelo se encuentra impoluto. Incluso muchos se descalzan. Como los conciertos arrancan a las nueve de la noche y el hambre a esa hora llama con insistencia, los espectadores acuden pertrechados con avituallamiento. Los productos que triunfan son la lata de cerveza de medio litro y las patatas fritas.

Más asuntos que seducen en este ciclo. El día, un domingo, jornada enclenque en oferta musical; y la hora, que permite ver la hermosa caída de la tarde desde una azotea en el centro mientras la única brisa de la ciudad agita suavemente los cabellos del personal. Muy bucólico.

Tomás, de 30 años (la edad media de los asistentes), ofrece su visión al final del concierto de Lucrecia Dalt: "Es como salir de la ciudad, pero en realidad estás en el centro. Durante una hora desconectas". Muchos asistentes compran la entrada anticipadamente sin conocer al oficiante: "Da igual, lo que me gusta es el ambiente. Sé que la música va a tener calidad. Después de comprar la entrada escucho las canciones en el MySpace del artista, para identificarlas en el concierto", confiesa Gorka, de 28 años, mientras mastica Doritos. Valeria y Lilian, ambas de 33, ofrecen más claves: "El entorno es precioso, la decoración bonita. Está apartado y es tranquilo". Las dos amigas se refieren a que la terraza pertenece al área de Medio Ambiente de La Casa Encendida. Conclusión: hay plantas aromáticas, una representación de todos los árboles autóctonos de la Comunidad de Madrid y hasta un pequeño huerto con cebollas, tomates y hortalizas.

La Terraza Suena se celebra todos los domingos de julio y agosto. Aún quedan, pues, dos citas: el 22 de agosto estará Toro y Moi, un estadounidense de 23 años que igual suena a Sonic Youth que a cosas más actuales como Animal Collective; y el 29 de agosto actúa Kath Bloom, una veterana del folk americano con una cohorte de fans de campanillas: Devendra Banhart, Bill Callahan o Mark Kozelek. Una última buena noticia: sólo cuesta 3 euros.

La Terraza Suena. Domingo 22 y 29 de agosto, La Casa Encendida (Ronda de Valencia, 2). Entradas, 3 euros. Anticipada desde tres días antes en el 902 488 488 y en La Casa Encendida.

Espectadores asisten a un concierto  dentro del ciclo dedicado a la música electrónica que se celebra los domingos por la noche en La Casa Encendida.
Espectadores asisten a un concierto dentro del ciclo dedicado a la música electrónica que se celebra los domingos por la noche en La Casa Encendida.ÁLVARO GARCÍA

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Sobre la firma

Carlos Marcos
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.

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