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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Patricia Neal, la actriz que volvió del coma para triunfar

Ganó un Oscar en 1963 y optó a otro tras la enfermedad

En una ocasión, una actriz de fama y con un Oscar sufrió tres aneurismas cerebrales mientras estaba embarazada. Quedó en coma tres semanas. Su marido y sus hijos la daban por perdida. Sorprendiendo a los médicos, se recuperó. Tuvo a su hija, a la que llamó Lucy. Aprendió a hablar y a caminar de nuevo. Volvió a actuar. Luchó contra los efectos de aquellos ataques, que habían mermado su memoria. Con tanta fuerza que fue nominada a nuevos y prestigiosos premios.

Podría ser uno de los papeles dramáticos que interpretó la actriz Patricia Neal a lo largo de su vida, pero no. Es su historia real, el papel de su vida, el relato de sana testarudez y superación de una mujer fallecida el 8 de agosto en Massachusetts a los 84 años. "Muy a menudo, se ha comparado mi vida con una tragedia griega", escribió en sus memorias, publicadas en 1988. "La actriz que hay en mí no puede rechazar esa comparación".

Nacida en Kentucky en 1926, formada en la Universidad Northwestern, Neal fue una actriz de su época, de la era dorada de Hollywood: imponente presencia, exagerada gesticulación, voz profunda. Ganó un premio Tony muy joven, a los 20, con su debut en Broadway en la obra Otra parte del bosque. Obtuvo papeles en películas de culto: El manantial, de King Vidor; Ultimátum a la tierra, de Robert Wise; Un rostro en la multitud, de Elia Kazan, y Desayuno con diamantes, de Blake Edwards. En 1963 apoyó a Paul Newman en el western Hud (El más salvaje entre mil), dramática historia sobre la tensión entre el patriarca de una familia y su hijo, un cowboy amargado, rebelde y cínico. Por su papel de Alma, sufrida empleada del hogar maltratada por la vida y por el personaje de Newman, ganó un Oscar.

Dos años después sufrió los aneurismas. Estaba embarazada y casada con el escritor Roald Dahl, autor de cuentos infantiles como Charlie y la fábrica de chocolate o James y el melocotón gigante. Su hijo Theo murió atropellado por un taxi y su hija Olivia a los siete años de encefalitis. En total, tuvo cinco hijos. Lucy nació sana y sin problemas a pesar de que su madre la llevaba en el vientre cuando sufrió los ataques.

Después del coma de tres semanas, tuvo que aprender a hablar de nuevo. Acostumbrada a las adversidades, superó el bache. Hasta tal punto que en 1968 su interpretación en el largometraje El tema era rosas, de Ulu Grosbard, le brindó una nueva nominación al Oscar por su papel de una desquiciada madre y ama de casa, maltratada psicológicamente por un marido adúltero. Perdió ante Katharine Hepburn y Barbra Streisand, que recibieron el premio ex aequo.

Se divorció de Dahl en 1983, después de una infidelidad de este. En sus años de soltera había tenido un sonado romance, de los que todavía alimentan el mito de Hollywood, con Gary Cooper. Ella tenía 23 años. Él, 48. Fue una relación, como muchos otros aspectos de la vida de Neal, que acabó mal pero que encajaba a la perfección con una vida a veces más intrigante que los papeles que interpretaba para la gran pantalla.

Patricia Neal en abril de 2008.
Patricia Neal en abril de 2008.AP

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