Facenda bajará el gasto social si hay nuevos recortes

Enfrentarse a un técnico que hace mínimas concesiones al debate político es difícil. Ayer lo sufrieron en su piel los diputados María José Caride (PSdeG) y Fernando Blanco (BNG) en la comisión parlamentaria de Economía. El hueso duro de roer fue Miguel Corgos, director general de Orzamentos, que comparecía para explicar cómo ha afectado a las cuentas de la Xunta el reciente recorte de 216 millones de euros provocado por la anulación de los anticipos del sistema de financiación autonómica.

El alto cargo de Facenda envolvió su discurso en una alambicada red de cifras y partidas presupuestarias para justificar que el ahorro "se hace en otros conceptos, no en servicios sociales". Tuvo que reconocer después que esa línea roja sí se traspasó en el presupuesto inicial de 2010, un 1% (en las consellerías de Educación, Sanidad y Traballo), frente al 4% de rebaja que sufrieron, de media, el resto de departamentos. Con todo, Corgos admitió que se ha acabado el margen del Gobierno autónomo para meter la tijera "sin afectar a la política social o reducir significativamente las inversiones". Un aviso de por dónde pueden ir los tiros ante nuevos ajustes.

La empanada

Tirando del argumentario oficial, el director general culpó de la situación al Gobierno central por dar pasos erráticos para enfrentar la crisis, como el lanzamiento del Plan E de obras en los ayuntamientos. A la oposición la censuró por estar instalada, dijo, en el "criterio incrementalista del gasto que da la espalda a la realidad económica". Pero tanto Blanco como Caride le recordaron que el discurso de austeridad en el gasto corriente del que tanto ha alardeado el PP no se corresponde con la realidad cuando se analizan en detalle las partidas que menguan en I+D, inversiones, fomento de la competitividad, internacionalización, sociedad de la información, atención primaria, cultura o turismo.

"Si tenemos problemas para dotar de personal docente a las escuelas infantiles que ustedes repartieron por Galicia es lógico que eliminemos las ayudas para la fiesta de la empanada del ayuntamiento de turno", les respondió Corgos, antes de recomendarles que cambien "de mentalidad". "El turismo no sólo es la fiesta de la empanada de Bandeira", replicó Blanco, antes de señalar que el tijeretazo se ha llevado por delante parte del presupuesto en patrimonio histórico museos y bibliotecas.