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Entrevista:JOAQUÍN DE LA HERRÁN | Director general de CESCE | Empresas & sectores

"Le hemos sacado partido a la crisis"

Plasmar aquí el currículo de Joaquín de la Herrán requeriría un par de páginas como esta, pero unos pocos trazos bastan para hacerse una idea de lo que pesa: este donostiarra de 57 años ha sido economista del Estado, asistente técnico del Fondo Monetario Internacional en Washington, responsable de relaciones internacionales en el Banco de España, asesor para la vicepresidencia del Gobierno y el Ministerio de Economía y un larguísimo etcétera cuajado de puestos de alta responsabilidad en el lado más técnico de la política durante mandatos del PSOE y el PP.

Desde hace seis años dirige la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (CESCE), participada en un 50,25% por el Estado y el resto por los grandes bancos privados nacionales y compañías de seguros. Con más de 100.000 clientes y presencia en 11 países de Europa y Latinoamérica, la compañía tiene un cometido claro: evitar en lo posible los impagos a empresas y, en último caso, cubrirlos.

"Cumplimos una función socioeconómica importante"
"España ha desaprovechado la última década de bonanza"
"Asesoramos al Estado de una forma técnica, sin directrices políticas"

Pregunta. Vaya momento para un negocio como el suyo, con las tasas de morosidad batiendo récords...

Respuesta. La crisis en el seguro de crédito ha sido muy profunda. Hemos tenido todos unas pérdidas multimillonarias en el año 2008, pero la recuperación en forma de V, una caída muy profunda acompañada de una salida muy rápida por un ajuste muy severo. La crisis empezó en 2007 y adoptamos medidas que tardaron un año en surtir efecto.

P. ¿Qué medidas?

R. La mejora sustancial en nuestro sistema para evitar la siniestralidad en los pagos. Mejorar las cuentas de nuestros clientes al final redunda en beneficio para nosotros. Somos como la segunda derivada. Mi negocio es reducir la siniestralidad de mis clientes. Si no acertamos, nos sale carísimo porque pagamos una indemnización gigantesca. Por eso hemos potenciado y mejorado nuestro servicio de prevención de impagos y análisis de resultados. Y hemos hecho bien: en 2008 tuvimos pérdidas de 52 millones de euros. Solo un año más tarde hemos tenido beneficios de en torno a los 18 millones.

P. Pero si ustedes consideran que una empresa puede ser morosa y se niegan a cubrir el riesgo de su cliente, ¿qué servicio ofrecen?

R. Nosotros asesoramos sobre a qué empresas se puede vender con ciertas garantías y a cuáles en ningún caso. El principal beneficiado del acierto es el cliente, porque le hemos ahorrado el impago. Al inicio de la crisis, cuando muchas empresas no previeron la gravedad de la misma, muchos clientes salieron de CESCE. Nos decían: "Usted no quiere cubrir nuestro riesgo", pero lo que nosotros en realidad les aconsejábamos era: "Si vende a esta empresa le va a salir caro". Nuestro servicio abarca el análisis de su cartera, el seguimiento de la misma y, por supuesto, si se llega a perder el pago, recuperarlo.

P. ¿Y funciona?

R. Hemos reducido los impagos entre 2008 y 2009 en tres veces y medio. Usted dirá.

P. Pero ustedes serán prudentes con la crisis.

R. Lógicamente. Aseguramos 38.000 millones de euros. En 2007 la cifra era mayor, pero desde entonces el PIB ha caído un 6%. Aseguramos menos porque se vende menos y porque hay muchos más riesgos que no podemos asumir.

P. ¿Y sus tarifas han subido por el mayor riesgo en tiempo de crisis?

R. En 2008 hubo una siniestralidad galopante y nos obligó a elevar los costes para 2009, pero en una proporción mucho menor que el aumento del riesgo. Es como con los seguros de catástrofes: si prevengo que 2010 va a ser un año lleno de tornados y huracanes, las tarifas subirán. Pero en nuestro caso no hablamos de un fenómeno natural, sino de algo mucho más previsible cuanto más se invierta en la calidad de los cálculos: sistemas informáticos, expertos en estadística... Y nosotros hemos invertido mucho en eso. Antes éramos un seguro, ahora somos un servicio de gestión del riesgo comercial.

P. Ustedes cumplen eso de "a grandes males, grandes remedios".

R. Esa reforma de fondo hubiera sido muy difícil si no hubiera habido una crisis como la de 2008.

P. ¿Por qué?

R. Por la psicología humana: una reforma costosa sólo la haces si estás en apuros. Cuando hay problemas se acometen los grandes cambios. Y muchos se prometen. Cuando los problemas aflojen, muchas de estas reformas que ahora se prometen no se van a hacer. La gente no asume costes y tiempo si hay bonanza. Deja de verlo necesario. Y quienes lo ven necesario no tiene argumentos para justificarlo. Es como la internacionalización de las empresas: es algo necesario para nuestro desarrollo. Pues bien: España desperdició una oportunidad de oro en la última década de bonanza. Pero claro: si generaban tanta riqueza aquí, ¿por qué salir fuera? Ahora les iría bastante mejor a muchos si lo hubieran hecho en su día. La crisis tiene un coste social innegable, que es el paro, pero hay algo bueno que sacarle: es el contexto adecuado para evolucionar y le hemos sacado partido.

P. ¿Y quiénes pueden asumir el coste de su servicio? España es un país de pymes, no de grandes multinacionales...

R. La pyme es un 90% de nuestros clientes. Contratar nuestros servicios no es una inversión en el sentido de esfuerzo financiero que conlleva una recuperación a medio y largo plazo. Lo nuestro tiene una rentabilidad casi inmediata. El seguro se paga por adelantado a diferencia de otros servicios, pero el retorno es inmediato. Si evitamos un impago a una pyme, es un dinero que está recuperando. Y ahora que hay tantas con problemas de liquidez hemos evitado que muchas cierren porque subsisten gracias a los cobros de ventas anteriores. Tenemos una función socioeconómica importante en este país.

P. Ustedes colaboraron con su asesoramiento para la concesión de créditos ICO [del Estado para empresas] ¿Pueden ser una solución a la falta de liquidez?

R. Sustituir a la iniciativa privada con dinero público es delicado. Nosotros no podemos controlar a todas las empresas, pero tenemos 750.000 en observación permanente. Es una buena iniciativa, pero debe imperar la racionalidad económica.

P. Más del 50% de CESCE es estatal. ¿Afecta a su autonomía?

R. CESCE tiene dos vertientes: la cuenta del Estado, por la que se gestionan operaciones relacionadas con el riesgo de medio y largo plazo de más de 24 meses, que no es más de un 10% de nuestra actividad. Emitimos opinión técnica, con criterios que no tienen que ver con directrices políticas. Luego está la que llamamos "por cuenta propia", y ahí no interfiere el Gobierno: son criterios actuariales de naturaleza totalmente privada. -

Joaquín de la Herrán, en la sede de CESCE en Madrid.
Joaquín de la Herrán, en la sede de CESCE en Madrid.

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