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Tentaciones
Reportaje:The Soft Pack

El sabor del mes

En un mundo que premia el enterarse de todo sin saber de nada, abundante en tipos que dictaminan cuál es "el mejor disco del año" antes de que acabe el mes de enero, The Soft Pack, clásico cuarteto de punk rock y anhelos juveniles de San Diego (California), es la dosis de novedad que los adictos necesitan hoy.

Pero cada ademán desplegado por esta banda que media los veinte en una entrevista reciente en uno de esos hoteles de moqueta color burdeos de Lancaster Gate (Londres) resultó la confirmación de que a ellos eso les da igual. Aunque también verifica los prejuicios que provoca la imagen de la portada de su nuevo, breve y homónimo disco: no les preocupa la ropa, les gusta el rock (y eso incluye Van Morrison y a Slayer) y aún son capaces de pasarlo bien sin necesitar una coartada.

Como imperturbable mascarón de todo ello, Matt Lamkin, cantante y guitarrista, lacónico, algo resacoso y con apariencia de no dejarse engatusar, se cortaba las uñas de la mano izquierda. La noche anterior habían tocado en un club del SoHo lleno de personas con los brazos cruzados y el mentón levantado. Eran los cabezas de cartel de una gira, casi un examen de reválida, llamada The next big thing, que les llevó por todo el Reino Unido. "¿Si aprobamos?", se preguntó Lamkin, autor de la letra "con suerte, tu ciudad se convertirá en el próximo bombazo", que abrió con sarcasmo el recital y suena en C'mon, primera canción del disco. "Creo que fue un buen concierto, y creo que no se notó que llevábamos chuleta". "No nos preocupan tanto las expectativas que creamos como desarrollarnos lo bastante para que tenga sentido un próximo disco", añadió Matty McLoughlin, bajista.

Mucho de lo que convierte a The Soft Pack en una suma de referencias familiares para cualquiera con memoria que, sin embargo, resulta imprescindible para entender este principio de década, se debe a Lankin, notable letrista rock al que hay que sumar el convincente sonido de McLoughlin, que toca la guitarra como Dios manda en California. La pareja forma el núcleo de la banda. Amigos del colegio, ambos dejaron San Diego para probar fortuna en la escuela de cine en Los Ángeles, donde formaron The Muslims, un nombre que se reveló polémico y acabaron por cambiar por The Soft Pack como el que altera un hábito sin importancia para dejar de oír a su novia. "Las bandas son bandas. No tiene sentido darle la vuelta a un nombre tanto tiempo si te crea medio problema", interviene el bajista, David Lanztman. La idea de la nueva denominación la tomó de un tipo de consoladores femeninos de consistencia amorfa el batería Brian Hill, tan bajito que toca de pie y ese miembro amante de España y sus costumbres que, no sabes cómo ni por qué, hay en toda banda de rock universitario. n

The soft pack está publicado en Nuevos Medios.

<b>De izquierda a derecha, Lanztman, Hill, McLoughin y Lamkin.</b>
De izquierda a derecha, Lanztman, Hill, McLoughin y Lamkin.

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