Consejeros y directivos de Unicaja exigen mayor rigor con Cajasur
El coordinador de la fusión no volverá hasta que no haya una rectificación
![Lourdes Lucio](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fbdaa49b2-7e3b-4eba-9f0d-f51da64f156b.png?auth=929ef40926ba8af77640926e0d1fe30f693c41fdb78f0312df666ef10857e953&width=100&height=100&smart=true)
La retirada de Manuel Azuaga como coordinador del proceso de fusión de Unicaja y Cajasur va a ir más allá de la Semana Santa. El alto ejecutivo, perteneciente a la entidad malagueña, no volverá a ejercer sus funciones hasta en tanto el Consejo de Administración de Cajasur "no rectifique los últimos acuerdos, nombre a un interventor de consenso y reponga en un puesto significativo" a la interventora destituida el pasado miércoles, según fuentes de Unicaja. Estas son las condiciones que la caja presidida por Braulio Medel exige a la pilotada por el sacerdote Santiago Gómez Sierra, tras la última acción de la institución cordobesa.
Esta posición de mayor firmeza responde a la petición cada vez mayor de amplios sectores de Unicaja para que haya mayor rigor y dureza con Cajasur en el proceso de integración que ambas entidades tienen abierto, según fuentes de la entidad. Consejeros, directivos, equipos ejecutivos y parte de la representación laboral de Unicaja le han hecho llegar este mensaje a Medel, un tanto hartos de que la caja controlada todavía por la Iglesia católica protagonice emboscadas a la primera de cambio.
Las dos cajas lanzan un comunicado conjunto para respaldar la fusión
El texto recuerda el acuerdo para reducir 60 millones en personal
La última de ellas ocurrió el pasado miércoles cuando Gómez Sierra, en un consejo, decidió de manera unilateral y sin consultarlo previamente con el coordinador de la fusión, Manuel Azuaga, proponer el cese del director general, Antonio Barral, momentos después de que la entidad presentase unas pérdidas de 596 millones de euros en 2009. Con esta maniobra intentaba achacar a Barral una desastrosa gestión que viene de años atrás (Barral llegó a Cajasur en 2007), basada en una apuesta desmesurada por el sector inmobiliario. A Gómez Sierra no le salió la jugada, pero cortó la cabeza de la interventora y nombró sustituto. Ninguno de estos pasos estaba pactado con el coordinador de la fusión.
Unicaja decidió el jueves "dejar en suspenso en el ejercicio de sus funciones" al alto ejecutivo y ahora mantendrá esta situación hasta que Cajasur "no rectifique los últimos acuerdos". La primera caja de Andalucía no va lanzar el órdago de que se reponga a la interventora destituida, pero sí que ésta ocupe un puesto del mismo nivel y que se nombre a un interventor consensuado por las dos partes.
También va a exigir un "respaldo fehaciente" al plan económico de la fusión aprobado por los dos consejos, pero que Cajasur se resiste a ejecutar como el cierre de oficinas. Esta actitud de brazos caídos está interfiriendo, según fuentes de la negociación, en que no se avance en el plan laboral acordado, que pasa por un ajuste de un millar de trabajadores, la mayoría de la caja cordobesa.
Para Unicaja, la treta de Gómez Sierra se considera un incumplimiento grave y quiere dejar constancia de su malestar, sobre todo porque cada vez hay más voces en la entidad malagueña que se están replanteando la absorción. "Con una fusión buena, mejoramos, pero con una fusión mala, empeoramos", aseguran fuentes de Unicaja, que advierten: "Si hay otra jugada de este tipo, se entiende que Cajasur rompe la negociación".
Fuentes del sector achacan las escaramuzas y el desparpajo de la arruinada Cajasur -si en 2009 ha perdido 596 millones, las previsiones para este año son de 400- a un intento de buscar padrinos y mediadores políticos que rebajen el riguroso plan económico de viabilidad de la fusión. También está previsto que después de Semana Santa, el Banco de España "requiera una profunda explicación" de cómo se está ejecutando el plan económico de la fusión.
Las dos entidades hicieron público ayer un comunicado conjunto para reafirmar su voluntad de continuar con la fusión, en el que se recordaba que el Plan Económico de Fusión, aprobado por ambos consejos de administración, contemplaba una reducción de gastos de personal en torno a los 60 millones de euros.
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