África recobra el aliento
El continente crece de nuevo tras amortiguar el impacto de la crisis internacional
"Hemos hecho todo lo necesario para garantizar que el descubrimiento de petróleo sea para nosotros una bendición y no una maldición como la que hemos visto en otros países". Son palabras del ministro de Energía de Ghana, Oteng Adjei, cuyo país tiene previsto extraer a finales de año su primer barril de crudo en aguas del golfo de Guinea. "Ghana ha adoptado medidas para asegurar la transparencia en la gestión del petróleo", aseguró el ministro ante delegados de más de 30 países en una conferencia sobre petróleo y gas celebrada esta semana en Accra. Para garantizar que así será, las autoridades ghanesas han prometido adoptar los principios de la Iniciativa de Transparencia de la Industria Extractiva, cuyos firmantes se comprometen a dar información exhaustiva sobre el destino de los ingresos generados por la extracción de hidrocarburos.
El FMI pronostica que la economía africana crecerá un 4,7% este año
Uno de los males del continente sigue siendo la fuga de cerebros
Ghana espera que su naciente industria petrolera aporte a las arcas del Estado una media de 800 millones de dólares anuales entre 2012 y 2029. Gracias a los ingresos petroleros, la economía de esta nación africana de 18 millones de habitantes crecerá a un ritmo anual del 10% en los próximos cinco años. El éxito de Ghana como exportador de crudo es clave: si el país consigue esquivar la violencia y la corrupción que rodean a la industria petrolera de naciones vecinas -Nigeria, Guinea Ecuatorial, por ejemplo-, y si reparte los beneficios entre toda su población, el país se convertirá en una referencia económica para el resto del continente, como ya lo es en el terreno político por su tradición democrática.
Marcus Noland, investigador del Peterson Institute for International Economics, un centro de investigación con sede en Washington, advierte que uno de los grandes desafíos de África es precisamente dejar atrás la "maldición de los recursos naturales" y subraya la importancia de la creciente presencia china en el continente. "La entrada de China está permitiendo a algunos Gobiernos africanos renegociar sus contratos vigentes con grandes multinacionales como Shell y Exxon-Mobil", explica Noland. "La cuestión es si los ingresos beneficiarán a la gente o acabarán en Suiza".
El alto precio de las materias primas permitió a la mayoría de las economías del África subsahariana crecer a ritmos superiores al 5% en los años previos a la crisis. Esta época de relativa bonanza fue también posible gracias a la consolidación de sistemas democráticos y a la ortodoxia en la aplicación de las políticas macroeconómicas, muy aplaudida desde los organismos financieros internacionales. A pesar de que la crisis desatada por las hipotecas suprime en EE UU ha dejado su huella en forma de caída de la demanda de materias primas, del turismo, de las remesas y de la inversión extranjera, África es una de las pocas zonas del mundo que lograron crecer en 2009.
Una vez amortiguado el impacto, la recuperación está siendo más rápida de lo esperado. Tras haber crecido un 1,9% el año pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que la economía africana avanzará un 4,7% en 2010, aún por debajo del mínimo considerado indispensable para compensar el rápido aumento de la población y fortalecer las conquistas económicas y sociales de la última década.
África dado varios pasos hacia adelante en lo que va de siglo. La proporción de africanos que viven con menos de 1,25 dólares al día pasó del 58% en 1996 al 50% en 2009; la incidencia del sida se ha estabilizado y la asistencia a la escuela primaria se ha incrementado. Hace 20 años sólo había cinco mercados bursátiles en el África subsahariana; hoy funcionan 16, algunos con importantes volúmenes negocio.
Un soprendente ejemplo de éxito es Ruanda. El estudio Doing Business del Banco Mundial, que clasifica las economías del mundo según las facilidades que dan a la actividad empresarial, reconocía el año pasado a Ruanda como el país que más reformas ha adoptado en esa dirección. Es la primera vez que un país subsahariano lidera ese apartado del estudio. Liberia, que hace menos de una década estaba en plena guerra civil, figura en cuarto lugar.
Durante una visita al continente a principios de este mes, que incluyó paradas en Kenia, Zambia y Suráfrica, Dominique Strauss-Kahn, director gerente del FMI, proyectó una imagen optimista. "Los países asiáticos están liderando la recuperación mundial, pero las economías africanas están recuperándose a la misma velocidad", dijo. "Por todo el continente vemos señales de vida, con recuperación de los ingresos por exportaciones, los créditos bancarios y la actividad comercial". Strauss-Kahn advirtió, sin embargo, de que África sigue siendo muy vulnerable a vaivenes económicos procedentes de múltiples direcciones: los precios de las materias primas, los desastres naturales, la inestabilidad política y la dependencia de las remesas procedentes del extranjero.
Para Marc Nolan, las claves del futuro son la estabilidad política y la demografía: "África ha conseguido una mayor estabilidad política, pero aún hay mucho margen para mejorar. Hay grandes signos de interrogación sobre Nigeria o República Democrática del Congo, e incluso buenos estudiantes como Ghana y Malí pueden verse afectados negativamente por la inestabilidad en países vecinos, como ocurrió con la guerra civil de Costa de Marfil".
Uno de los grandes males de África, señala Nolan, es la fuga de cerebros. Decenas de miles de licenciados universitarios abandonan anualmente el continente en busca de un futuro profesional en los países desarrollados, principalmente EE UU.
Mo Ibrahim, un empresario sudanés radicado en Reino Unido, cree que África debe olvidarse de las promesas incumplidas de los países ricos y tomar las riendas de su propio desarrollo. En un discurso pronunciado en la Universidad de Ghana, Ibrahim lanzó hace un par de semanas un duro ataque contra el victimismo de muchos líderes africanos. "Tenemos un continente muy rico, pero somos la gente más pobre de la tierra", dijo Ibrahim. "Después de 50 años no podemos seguir culpando a los colonizadores de nuestras penurias. Somos nosotros los responsables del desastre en el que estamos metidos".
El presidente de Sierra Leona, Ernest Bai Koroma, sostiene que los países africanos deben redoblar sus esfuerzos para reducir su dependencia de la ayuda internacional, que previsiblemente seguirá menguando en los próximos años debido a los recortes fiscales. "Afortunadamente", afirma Koroma en un artículo publicado en el periódico digital Huffington Post, "las perspectivas para la empresa privada en África nunca han sido mejores". -
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