"Llegué a pensar demasiado en el atletismo"

Diego Ruiz (Burgos, 1982) fue ayer el único español que se clasificó para la final de 1.500 metros de hoy, con un tiempo de 3m 40,34s, por detrás del etíope Mekonnen. "Ése es mi objetivo, pero sobre todo quiero disfrutar de la experiencia", era el latiguillo del mediofondista antes de emprender el viaje a Doha. Tenía motivos. El año pasado se quedó fuera de los Mundiales de Berlín y su lugar lo ocupó, por decisión federativa, Reyes Estévez. "No entiendo qué pasó, pero es tiempo de mirar al futuro. No voy a Qatar para demostrar nada", decía Ruiz.

Aquella decepción y acumular cierta "obsesión" por el atletismo en Soria, donde se entrenaba, hicieron que Ruiz regresase a Burgos. Su preparación la dirige ahora su novia, Patricia, también entrenadora. "Me siento más cómodo. Para mí, lo más importante es divertirme con lo que hago y ahora lo estoy consiguiendo". Su reciente triunfo en los campeonatos nacionales de pista cubierta de Valencia es un ejemplo.

El mediofondista aclara que en Soria se encontraba "muy a gusto". Allí, bajo la dirección de Enrique Pascual, compartía grupo con otras promesas del atletismo español, como Manuel Olmedo y Francisco Javier Abad. Ese trabajo le permitió obtener la medalla de plata en el 1.500 de los Europeos de pista cubierta en Turín del año pasado.

"Aprendí mucho en Soria. Allí también tenía a mi novia, pero lo que ocurría es que llegué a pensar demasiado en el atletismo. Allí era el grupo el que me llevaba a mí y ahora soy yo el que conduce todo. Necesitaba una nueva motivación", asiente Ruiz, que regresó a Burgos en otoño. Creó un equipo unipersonal, lo que le llevó su tiempo a la hora de cerrar los trámites. Ahora se entrena en solitario, sin más vigilancia que la de su preparadora. Hay más tareas que antes. "Hacer todo ese trabajo en invierno, sin acompañamiento, ha hecho que me esfuerce más que antes", subraya.