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Cádiz presenta altares artísticos

Lo cantaban los Stone Roses. "No tengo que vender mi alma. Él ya está en mí. Quiero ser adorado". Es la letra de I wanna be adored, su tema musical más popular, y ahora el título que el dúo artístico Vendaval ha utilizado para resumir el contenido de su última apuesta creativa. En la capilla del castillo de Santa Catalina, en Cádiz, han recreado altares para reflexionar sobre la necesidad de venerar y sentirse admirado. Hay reclinatorios con espejos para que uno pueda adorarse a sí mismo. También un karaoke, a modo de retablo mayor, para cantar sin descanso la canción que da nombre a esta instalación. Numerosas velas arden y se apagan en una metáfora directa de la dictadura de la efímera fama.

Vendaval son Rocío Arévalo y Pablo Alonso de la Sierra, artistas gaditanos, especializados en la cerámica, que cumplen este año una década de talento creativo compartido. En su haber están llamativas obras que han repartido por numerosos espacios."Es una idea que manejábamos desde hace tiempo. Y ha sido una oportunidad que no podíamos perdernos. Teníamos la canción como referente y encima un espacio como es la capilla que hemos aprovechado como un elemento más de nuestra obra. No hemos intervenido en la capilla sino que la hemos directamente incorporado", detalla Pablo Alonso de la Sierra.

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