El CSKA, un rival sin ritmo

"Cuando el CSKA se enfrente al Sevilla llevará apenas un mes de entrenamiento. Jugar su primer partido de competición en los octavos de la Champions me parece muy duro. El Sevilla es favorito, sin duda, porque cogerá a los rusos en pretemporada y porque su plantilla tiene más calidad". El que habla es Juande Ramos, ex entrenador del Sevilla, con el que ganó cinco títulos, para después ser técnico de Tottenham y Real Madrid y, hasta el pasado 27 de octubre, del propio CSKA.

"Cada vez que hemos jugado en Rusia nos hemos traído la Copa", proclama el director deportivo, Monchi, emocionado al recordar que en el camino de la conquista de la Copa de la UEFA en 2006 cayeron el Lokomotiv de Moscú y el Zenit de San Petersburgo.

Curiosamente, el Sevilla sucedió en el palmarés de la competición al propio CSKA, que logró alzar la UEFA en 2005, siendo, hasta entonces, el único equipo ruso que lograba un título continental. Se enfrenta por lo tanto el cuadro andaluz a un histórico del fútbol de su país, que cuenta con siete Ligas de la extinta URSS y tres de la actual competición rusa. Es un club que se ha beneficiado del crecimiento económico de Rusia en los últimos años, sobre todo desde que la petrolífera Sibnet, de Roman Abramovich, se hiciera con la entidad. En cuanto a su potencial deportivo, Juande sostiene que lo que más le sorprendió de los jugadores del CSKA fue su disciplina: "Es un equipo muy trabajador, ordenado. Si tuviera que hablar de nombres propios, me quedo con el portero, Akinfeev, y con Krasic y Dzagoev".

Krasic es un extremo derecho serbio de 25 años que ha despuntado en la actual edición de la Liga de Campeones, en la que ha jugado seis partidos y ha anotado cuatro goles. Es rápido, potente y luchador, quizás con menos clase que Dzagoev, una joya del fútbol ruso con sólo 19 años. Es improbable que el CSKA venda a algunos de sus activos en el mercado invernal, que coincide con su pretemporada.