"Lo peor aún no ha pasado"

El clima del Calderón, anoche, era más cercano al de una guerra civil que al de un partido. El respetable llegó con ganas de recordar que la humillación del Oporto estaba fresca. Y el equipo bien que lo notó. "Hemos jugado bajo el pánico, con una imprecisión en los pases excesiva, una intranquilidad innecesaria y una sensación de jugar en un estado nervioso imposible de dominar".

Así resumió Quique Flores el encuentro de su equipo. El gol de Simão fue un sedante cuya acción duró lo que duró el Villarreal en empatar. Ahí la grada explotó. "La afición está cansada, está desilusionada", se resignó Quique; "entiendo que, si a los dos minutos algo no le gusta, apriete. Los jugadores son profesionales, son buenos, pero no es fácil jugar así. No es fácil jugar, dominar la tensión, la presión externa... Podemos cambiar jugadores, funcionamientos, pero cuando se juega bajo pánico es dificilísimo".

"En una semana tan difícil como esta", prosiguió Quique, "hemos tirado por tierra todo el trabajo realizado. Esto es un retroceso. No podemos pensar que lo peor pasó. No ha pasado aún porque nos vamos a encontrar en muchas situaciones como ésta", analizó.

No se quedan ahí las trabas. Reyes tuvo que ser retirado en camilla tras caer de cabeza en una jugada con Diego López. El utrerano, que nunca perdió la consciencia, sufre un traumatismo cervical y estará bajo observación las próximas horas.