Quique encuentra la fórmula
El Atlético, que aún no ha repetido alineación, encadena dos triunfos tras la apuesta del técnico por el rombo en la línea media
Paradojas del Atlético. Lo que parecía una ley no escrita, no disponer el centro del campo en rombo salvo en los minutos de la basura o algún partido amistoso, se ha convertido en la solución a los problemas. Tras dar vueltas y vueltas al sistema, Quique Flores parece haber encontrado la fórmula que devuelva pasito a pasito al equipo a lo alto. "El dibujo ha encajado bien, pero no hay que rechazar el 4-4-2 tradicional. Los dos sistemas pueden dar rendimiento, pero para eso los atacantes se tienen que fajar en la defensa como los defensores en el ataque", expresa el técnico, que desde su llegada al Manzanares ha utilizado tres esquemas con distinta suerte: desde el 4-2-3-1 contra el Marbella, el Apoel, el Madrid y el Deportivo -dos victorias, en la Copa; un empate y dos derrotas-, el 4-4-2 en línea contra el Chelsea y el Athletic -un empate y una derrota- y la variante en rombo frente al Espanyol y el Xerez: por ahí llegaron los primeros dos triunfos consecutivos del curso. "Parece que, por fin, hemos hallado el as de picas que tanta falta nos hacía", confía un tanto aliviada la directiva.
La mejora ha llegado con Jurado por delante de Assunção y no en la banda
Y eso que la primera vez que el Atlético se decidió por desplegar el rombo de inicio, con Simão y Maxi como extremos muy pegados a la cal y Jurado de enganche, muy por delante de Assunção, la paliza fue de aúpa: 5-2 en el Camp Nou. Pese a los piropos de Pep Guardiola -"el Barça ha corrido demasiado tras la pelota, no hemos sido precisos y, a la contra, las hemos pasado magras"-, Abel Resino decidió no volver a arriesgarse pese a que él mismo reconocía que, con Jurado en la punta del diamante, el equipo ganaba "en velocidad y movilidad a la hora de buscar alternativas". La flojera en la defensa siempre le hacía llegar a la misma conclusión: "Si jugamos en rombo, mejoramos en el ataque, pero empeoramos en la defensa, que es precisamente donde más sufre el equipo". De ahí, que insistiera, sin éxito, en colocar a Assunção y Cléber Santana uno al lado del otro.
"No tenía por qué ser así", replica Reyes, brillante en los últimos dos partidos y "eufórico" cuando supo que Abel había sido despedido y que Quique era el nuevo inquilino del banquillo. "La prueba está ahí: llevamos dos partidos sin encajar un gol. ¡En el resto habíamos recibido alguno siempre!", recuerda el extremo. "Es algo que te da moral. Ya pensaba que siempre iba a perder...", resopla Asenjo, que ha vuelto a recordar, tras un año sin hacerlo, lo que era ganar en la Liga. "Creo que el equipo ha tocado bien el balón y ha tenido bastante llegada. Estamos en el camino correcto", apunta, a su vez, Juanito.
El remedio casi llegó por casualidad. El partido contra el Espanyol, el mejor con diferencia del Atlético en lo que va de temporada, fue cuando Quique, obligado por las ausencias de Raúl García y Cléber Santana, colocó a Jurado, al que Abel relegó tantas veces a un ala en vez de Maxi, por delante de Assunção. El resultado habla por sí solo: 4-0 tras barrer el doble pivote que ideó Pochettino con Moisés y Verdú en la línea medular. Visto el éxito, el preparador del Atlético optó por el mismo esquema ante el Xerez. "Jugamos bien. Hubo jugadas al contragolpe, otras que robábamos y salíamos bien", sintetiza Forlán.
"El equipo se siente junto y arropado y sobre todo para los defensas es positivo este sistema", asegura Valera, titular en Jerez en lugar de Ujfalusi, lesionado en una rodilla, lo que evitó que el Atlético repitiera alineación por primera vez en los 20 partidos que cuenta desde septiembre.
Mientras tanto, Quique contiene la euforia: "Me gustaron los primeros 30 minutos, los mejores desde que llegué. Luego, nos complicamos cuando dejamos de dar importancia a los pases".
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