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Crónica:13ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El mejor Atlético ha vuelto

Los de Quique barren al Xerez y logran por vez primera dos victorias consecutivas

Sigue de fiesta el Atlético, resucitado, parece, empeñado en desprenderse de sus miserias, tantas y tan míseras, las mismas que le habían llevado a formar parte del pelotón de los torpes en la clasificación. Amenaza el Atlético con recuperar el crédito y la autoestima, el fútbol, incluso, ése que alguna vez demostró tener. Ayer, en Jerez, encadenó su segunda victoria consecutiva por vez primera en la temporada. Lo hizo ante el colista, cierto, ante un Xerez que estornuda y se va a Segunda, lo que debería reducir los méritos rojiblancos. Pero ganó el Atlético mostrando un alto nivel futbolístico, algo insólito en los últimos tiempos. El Atlético, ayer, gustó y se gustó, lo que no deja de ser una noticia de primera.

XEREZ 0 - ATLÉTICO 2

Xerez: Renan; Francis, Prieto, Aythami, Casado; Keita (Moreno, m. 70), Bergantiños; Orellana, Armenteros, Calvo (Antoñito, m. 46); y Bermejo (Abel, m. 79). No utilizados: Chema; Redondo, Leandro y Viqueira.

Atlético: Asenjo; Valera, Perea, Juanito, Domínguez; Assunçao; Reyes (Maxi, m. 81), Jurado (Antonio López, m. 85), Simao; Forlán y Agüero (Cleber, m. 76). No utilizados: De Gea; Pernía, Pablo y Camacho.

Goles: 0-1. M. 29. Forlán. 0-2. M. 65. Agüero.

Árbitro: Pérez Lasa. Expulsó por dos amarillas a Keita (m. 71), tras ser sustituido, y a Domínguez (m. 84). Amonestó a Casado.

17.805 espectadores en Chapin.

Forlán y Agüero han encontrado dos socios de lujo: Jurado y ¡Reyes!

Porque hace apenas unas semanas, que el Atlético visitara al colista, a un equipo que bate récords históricos (y lacrimógenos), capaz como es el Xerez de marcar sólo cuatro goles en 14 partidos, no hubiera sido sinónimo de éxito. Ni mucho menos. Hace apenas unos días, el colista, cualquier colista, hubiera sido un duro rival para un equipo, el rojiblanco, que vivía en estado precadavérico. Era el del Manzanares un conjunto incapaz de ganar al Apoel, célebre campeón que fue de la mismísima Chipre. Pero las cosas han cambiado. Y de qué manera. Y no porque el Atlético goleara hace una semana a un indolente Espanyol o porque ayer venciera en casa del que es el último de la fila. El cambio va más allá de sendos resultados más o menos previsibles. Tiene que ver con la forma y el fondo, con el corazón y la cabeza, con la actitud y el talento.

Quizá sea que Quique Sánchez Flores ha dado con la tecla. Porque, durante mucho tiempo, todos sus antecesores en el banquillo rojiblanco se las vieron y desearon para cortar la habitual hemorragia que el equipo sufría en la defensa. Para conseguirlo, poblaban el centro del campo con jugadores de contención, la mejor manera que se les ocurría de detener la sangría. Todos fracasaron en el intento. Así que Quique ha decidido darle la vuelta al calcetín, considerando válido aquel dicho de que la mejor defensa es un buen ataque. Por ello el técnico ha prescindido de un medio centro, tarea que ya es exclusiva de Assunçao, y junto a él ha colocado a Jurado, un tipo de juego vertical que domina el toque, la pausa y la fantasía. La valiente jugada le ha funcionado. Así lo demuestra que Jurado, en Jerez, dictara un magisterio en el que encontró la inestimable ayuda de Agüero, de nuevo colosal, de Forlán e incluso de Reyes, ese chico que hasta hace poco parecía un ex futbolista, en huelga perpetua, y que ahora lucha sin desmayo, encara, se atreve, rompe por velocidad y se luce arrancando desde el costado derecho del ataque, del que se ha hecho dueño.

No admite un solo pero el triunfo del Atlético. Y no fue mayor porque Renan, portero del Xerez, hizo un puñado de paradas imposibles, evitando la goleada que el juego del Atlético pedía a gritos. No pudo, sin embargo, evitar que Forlán le encarara y le batiera por alto tras un majestuoso pase con el empeine de Reyes, que mandó el balón con precisión a la carrera del uruguayo. Ni pudo impedir que Agüero le superara por bajo tras un envío lejano de Assunçao, del que se ignoraban semejantes virtudes. Lo intentó al final el Xerez, cierto, pero ahí apareció Asenjo para que no quedara bajo sospecha la incontestable victoria de un Atlético cuyo lavado de cara, a la espera de citas de mayor enjundia, parece un hecho.

Forlán celebra su gol, el primero del Atlético.
Forlán celebra su gol, el primero del Atlético.EFE

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