El papel mojado de Arenas
Las oficinas del Partido Popular de Andalucía deben tener goteras. Y eso que apenas llueve.
En los últimos diez días, cuantos acuerdos llegan a la mesa de despacho de Javier Arenas y Antonio Sanz se convierten en papel mojado. El día 16, al secretario general Sanz el Estatuto de Autonomía le parecía papel mojado, si el Gobierno central no paga la deuda histórica en metálico. El pasado martes, el presidente Arenas consideraba papel mojado el documento que recoge el 7º Acuerdo de Concertación Social.
No puede ser pura coincidencia que haya tanto documento inservible. En el último caso, el texto del acuerdo suscrito por patronal, sindicatos y Gobierno que contiene una batería de medidas para reactivar la economía, fue descalificado antes de que llegara a la mesa de los dirigentes populares. Papel mojado, dijo Arenas. Y a otra cosa.
El tono despectivo y el talante descalificador utilizado por Arenas explican la contundente respuesta de Santiago Herrero, presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), uno de los impulsores y firmantes del acuerdo.
"Las organizaciones empresariales no somos el brazo ejecutor de los gobiernos, ni el brazo armado de las oposiciones", le recordó Herrero a Arenas. Porque, ¿a quién si no iban dirigidas esas palabras, sino al responsable del único partido que no asistió a la firma de un acuerdo considerado histórico y no sólo por las partes firmantes?
Porque mientras en España se duda, aquí se firma. En palabras de Herrero, "si alguien piensa que es mejor un escenario de confrontación frente al de concertación", que levante la mano.
La levantó el de siempre: el campeón del no.
Arenas es un maestro, hay que reconocerle ese mérito, en inventarse propuestas numeradas del uno al infinito. La suyas siempre son innovadoras y eficaces y las de los demás, papel mojado.
Sólo en los últimos días ha presentado 30 medidas de austeridad para alcanzar un pacto presupuestario y 50 medidas (al alimón con Rajoy) para luchar contra la corrupción. Estas últimas, tienen su guasa: a estas alturas del caso Gürtel, es gracioso que el PP proponga que los cargos públicos no acepten regalos caros. Como si Camps y sus trajes, Costa y sus relojes o Rita Barberá y sus Vuitton fueran dirigentes de un recién creado Partido Extraterrestre.
Hay otra martingala que repiten los populares: acuerdos como el del martes, sólo sirven para hacerse una foto. Si el presidente de la Junta cita a Arenas para una entrevista en la sede de la Presidencia, Arenas dice que acude, pero si no hay fotos. Son propaganda, afirma. Pero no lo son las fotos que él se hace a diario con sus alcaldesas, con los secretarios provinciales de su partido, con los jóvenes cachorros de su partido, con las mujeres de su partido... Y la ultima, la mastodóntica foto que regaló a Rajoy del pasado mitin en Dos Hermanas. Esas fotos sí son informativas. Las del contrario, publicidad barata.
El tercer tic de los populares consiste en rechazar cualquier cosa que presente el Gobierno andaluz porque no tiene reformas. Dice Arenas a propósito del Acuerdo de Concertación: "No ayudará a salir de la crisis, porque no contiene reformas". Liquidadas las 351 medidas que explicita el acuerdo. Entre ellas, una muy importante que clarifica las ayudas del Gobierno a las empresas.
Una medida que era explicada ayer por la consejera de Economía, Carmen Martínez Aguayo, en el programa de Canal Sur Televisión El Meridiano que presenta Mabel Mata: los incentivos a las empresas serán cada vez menos a fondo perdido y más en préstamos reintegrables. Una propuesta impulsada por los propios empresarios y los sindicatos.
¿Papel mojado? ¿No será, como decía Herrero, que la realidad del acuerdo le está empañando a Arenas el titular del desastre?
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