México sigue sufriendo

La economía mexicana se enfrenta a una de las peores coyunturas económicas de los últimos 20 años. En el segundo trimestre del año, el descenso en el PIB fue del 10,1%, una cifra interanual históricamente baja que incluso superó a la crisis del tequila de 1994. Los expertos y el propio Ejecutivo esperan que al cerrar el año la producción retroceda entre un 6,5% y un 7%, aunque -cuestión de números- el presidente, Felipe Calderón, ha dado por terminada la recesión tras conocer los datos de julio y septiembre, que dan un crecimiento intertrimestral del 2,7%.

Lo cierto es que los efectos de la crisis internacional se han hecho sentir en México. Acostumbrado a vivir de los ingresos generados por los elevados precios del petróleo, el país ha visto cómo el crudo ha moderado su cotización internacional este curso. Paralelamente, EE UU, su principal socio comercial, ha restringido sus pedidos al mínimo. Como resultado, sus exportaciones caerán casi un 20% este año y su inversión se reducirá en al menos un 10%. Como consecuencia, la tasa de desempleo ha aumentado hasta un 5,5%.

Las previsiones para 2010 apuntan a una subida del PIB del 3,1%

No obstante, el FMI y la OCDE coinciden en que la crisis ha encontrado a México en un buen momento de forma y que ha acotado los efectos del desplome financiero mundial de mejor manera que en anteriores crisis. Gran parte de este éxito se debe a las ordenadas cuentas fiscales y a la fuerte recaudación petrolífera de los últimos cinco años, que han permitido al Ejecutivo mexicano mantener el déficit fiscal por debajo del 3% del PIB. A favor del Estado también ha jugado la reforma fiscal aprobada hace tres años, y que racionalizó el gasto y reorganizó las cargas tributarias.

Gracias a las ordenadas cuentas públicas, México ha recibido ayuda de organismos internacionales como el Banco Mundial, que sólo en 2009 ha prestado 3.400 millones de dólares al país. Es por ello que la relativa holgura presupuestaria también ha permitido al Gobierno repartir ayudas por casi mil millones de euros a empresas afectadas por la gripe aviar, una pandemia que finalmente tuvo un impacto en las cuentas estatales de sólo 0,6 puntos porcentuales del PIB. Este dato es sensiblemente inferior al previsto al comienzo del mes de abril.

La OCDE, el FMI y el Banco Mundial coinciden en que México tiene cimientos sólidos para salir de la crisis, como la estabilidad de precios, un sistema financiero capitalizado fuerte y solvente, un tipo de cambio competitivo y un sector privado representativo. En contra del país latinoamericano juegan sus postergadas reformas, que mantienen lastrada la competitividad de su economía. El Ejecutivo reconoce -a la espera de encontrar los apoyos políticos necesarios- que es vital cambiar el marco laboral y combatir los monopolios en la energía y las telecomunicaciones.

Frente a este escenario, las previsiones del próximo año apuntan a una recuperación y con números muy concretos: un 3,1% de alza del PIB, aunque los mismos que apuntan esta cifra, entre ellos el FMI, advierten de que todo dependerá de la velocidad con que EE UU retome su velocidad de crucero y comience a recuperar el brío de hace dos cursos. Mientras tanto, el vecindario retomará la calma, ya que los mismos pronósticos del FMI indican que Latinoamérica crecerá un 2,5% en 2010, después de la caída del 2,5% de este año. -