Un abogado hecho banquero
Hay figuras en el mundo corporativo, da igual el sector, que por el cargo que ocupan en un determinado momento y por su talento está claro que están ahí colocadas para suceder cuando sea oportuno al gran jefe. Es lo que acaba de pasar con James Gorman, uno de los copresidentes de Morgan Stanley, que en enero tendrá el puesto de consejero delegado que deja John Mack, quien se queda como presidente.
El banco neoyorquino, a diferencia de su gran rival Goldman Sachs o de JP Morgan Chase, no destaca en esta crisis financiera por el papel que jugó de líder. Aunque su suerte, como temieron muchos analistas en Wall Street en los peores días del cataclismo, podría haber sido mucho peor viendo lo que pasó con sus rivales Lehman Brothers, Bear Stearns o Merrill Lynch.
Gorman ha cambiado el rumbo de la entidad entre bastidores
Mack anunció el jueves que deja el cargo de consejero delegado, cuando se cumple el primer aniversario de la hecatombe que reescribió el negocio de la banca de inversión. Era esperado. El cambio se interpreta como la señal de que las cosas ya están estabilizadas en la firma. Así que ahora a Gorman le toca jugar en la nueva arena, más concentrada y con nuevas reglas.
A los 51 años, Gorman es visto en el parqué como el poder callado que entre bastidores corrigió el rumbo de la entidad. De origen australiano, apariencia joven, alto y muy delgado, Gorman estaba al frente del negocio global de gestión de fortunas de Morgan Stanley. Se le considera una persona cerebral y que aprende rápido.
Formado en leyes por la Universidad de Melbourne y con un máster en gestión por Columbia, llegó a la entidad hace cuatro años, contratado por Mack. Se lo quitó a Merrill Lynch, donde tenía la reputación de ser un gran estratega. Antes fue socio de McKinsey. A los gestores de Morgan Stanley les llamó la atención su capacidad para adaptarse a las circunstancias.
Gorman fue el artífice de la compra de Smith Barney a Citigroup. Lo que está por ver es si tendrá el carisma de Mack, que en tiempo de crisis es un gran valor para mantener motivada a la plantilla.
Si James no era el elegido (no le gusta que le llamen Jim), el otro que se citaba para el cargo era Walid Chammah, que se hace con la presidencia de Morgan Stanley International. Este cambio puede ser la señal de que otras entidades estarían listas para el relevo en cuanto suelten las ayudas públicas. Así que atención con Ken Lewis, en Bank of America, y con Vikram Pandit, en Citigroup.
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