Greipel se gripa

Pues no. No ganó Greipel. Noticia. Pues sí, sí se escapó José Antonio López Gil, Malagueta. No es noticia, aunque sí que gracias a su esfuerzo se enfundó el maillot de la montaña. La combatividad a veces tiene premio. Ganó un esloveno, Borut Bozic, un sprinter poderoso que andaba merodeando en el territorio del Columbia (fue segundo en la segunda etapa) y ayer se marcó un final apoteósico con un arreón larguísimo, casi de liebre que se tira al monte.

No ganó Greipel, que sigue líder, porque a cuatro kilómetros de la meta había un repecho que desarmó al Columbia. Con el pelotón en fila, abortando saltos y emboscadas, la factoría de victorias se quedó sin luz, sin aire, sin pulmones. Se gripó, con Greipel muy atrás, demasiado atrás incluso para su poderosa musculatura. Parecía un asunto de Boonen y Farrar, pero ahí se coló Bozic con su pedalada imponente, se puso el primero de la fila y nadie pudo adelantarle. Otro premio a la combatividad del Vacansoleil, un equipo invitado por su origen holandés, que no ha defraudado en ninguna etapa, aunque parecía condenado a simples batallas publicitarias. Está claro que tiene dos tipos importantes. Uno peleón, Matheus Pronk, algo así como el Malagueta holandés, y otro acreditado para las llegadas al sprint, Bozic que ya ha justificado el papel de su equipo en la carrera.

La escapada de Pronk, López Gil, Bingen Fernández, que se retira esta temporada, y Aitor Hernández, cumplió con la rutina de cada día bajo un calor infernal (39 grados) en Xàtiva, la tierra de Raimon, del que muchos se acordaron, aunque solo fuera por Al vent, ese amigo ausente que habría secado el sudor de los ciclistas. Habría sido la música de la etapa si se hubieran inventado las bicis con compact-disc. Todo se andará. Y, andando y andando, la etapa puso fin al reino de los velocistas. Hoy, la contrarreloj marcará diferencias verdaderas. Ni se escapará Malagueta. Ni ganará Greipel o Bozic. Ganará Cancellara, se pondrá líder y mañana el Alto de Aitana, con nombre de musa poética, establecerá el primer orden definitivo. De Raimon a Alberti. No es mal tránsito.