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Pocas zonas lúdicas y sucias

Las madres residentes en el centro de Alicante se quejan de las deficiencias

Cada tarde, cuando refresca, decenas de niños, acompañados por sus madres, abuelos y demás familiares acuden a alguna de las escasas y pequeñas zonas de ocio adecuadas para ellos. En la plaza Calvo Sotelo de Alicante, próxima a Maissonave, los niños parecen chinches, no cabe ni un alfiler, y les toca guardar turno para disfrutar de alguno de los columpios o atracciones instaladas por el Ayuntamiento. La mayoría de las madres admite que existen pocas zonas lúdicas para sus hijos, pero sobre todo denuncian que "están mal cuidadas, muy sucias y falta seguridad". Esta realidad, junto con la falta de dotaciones escolares, sólo hay un colegio de primaria y ninguna guardería pública, o la ausencia de instalaciones deportivas, ha llevado a muchas parejas a cambiar el centro por la playa o la periferia. En las nuevas urbanizaciones sus hijos disponen de piscina, pista de tenis o fútbol y área de juegos.

Las carencias llevan a muchas parejas a irse a vivir a la playa o la periferia

Xusi y Leandre, profesores de instituto, vivieron diez años en Alicante, pero hace cinco se instalaron en el PAU 2 de la Playa de San Juan. Ahora tienen un niño y una niña, de 6 y 4 años. "Necesitas más espacio, ellos pueden jugar aquí tranquilos y están mucho mejor", admite la madre quien coincide en que las zonas habilitadas para que los niños jueguen en el centro están "muy sucias y mal cuidadas". No obstante, "el problema de vivir en la playa es que dependes del coche para todo", admite.

Hace dos martes sobre las ocho de la tarde la plaza Calvo Sotelo era un hervidero. Madres, padres y abuelas hablan entre ellos mientras sus niños juegan como pueden. Rosa, de 43 años, tiene un hijo de 7 años y dos gemelas de 5. "Hacen falta más zonas como esta, pero sobre todo que estén más cuidadas, y aquí la mendicidad es un problema". Junto a ella, Pilar, que ha vivido siempre en el centro y no lo cambiaría por nada, vigila a sus hijas de 3 y 6 años. "Igual que hacen pipi los nenes en la arena, lo hacen los perros, está muy sucio y poco cuidado", admite esta madre que critica la excesiva presencia de mendigos, que ahora, debido a las obras de la Plaza de la Montañeta, se ha trasladado a Calvo Sotelo, o plaza de las palomas. "Ni perros, ni mendigos, esto es una porquería", afirma contundente Esperanza Naranjo, de 67 años, que cuida a su nieta de 9. Almudena, una madre de 33 años, pide "más seguridad y limpieza. El otro día estaban jugando con una caca de perro", se queja. Muy cerca de allí, en el paseo de doctor Gadea, frente a presidencia de la Generalitat, varias madres dan la merienda a sus hijas. Se quejan de lo mismo y algo más: "falta limpieza y sobre todo seguridad, si se escapa uno corriendo le pilla un coche", advierte Juana Mari, que considera todavía más peligroso el nuevo parque de Canalejas, donde unos setos, sin red ni verja, les separa de la carretera nacional. "Hay un escalón alto, y cualquier día corriendo caen bajo un coche y tenemos un disgusto", añade otra madre. La mayoría insiste en el problema de la mendicidad, la suciedad y la seguridad en las escasas zonas lúdicas de Alicante, y algunas plantean soluciones. Una madre gallega, que vive en Alicante desde hace cinco años, explica que en Lugo estos columpios están "vallados y protegidos, así evitas que entren perros y los niños están más seguros".

La Concejalía de Atención Urbana asegura que en la ciudad hay 9.000 metros cuadrados de parques infantiles, de los que 2.100 están en el centro. Fuentes municipales añaden que gracias a las obras del Plan E crecerá en un 10% la superficie, aunque en el centro sólo habrá 280 nuevos metros cuadrados.

La Playa de San Juan y el Polígono de San Blas son los barrios donde residen más niños. Según el departamento de Estadística del Ayuntamiento de Alicante en estas dos zonas hay censados 3.271 menores de 15 años, cuatro veces más que hace una década. En el Cabo de las Huertas hay 2.633 niños y en la Albufereta 1.659. Junto a las playas, las nuevas urbanizaciones de Polígono de San Blas o Garbinet, y parte de la Gran Vía es donde se acumulan más niños. Sin embargo, el casco antiguo y el centro sufren una pérdida constante de población joven.

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