"Con Manuel Vázquez nunca había pasado de un '¡Hola, cómo estás!"
Su nombramiento ha echado por tierra las quinielas. Pablo García (37 años, Silleda) es el nuevo número dos de los socialistas en Galicia. Un "gran desconocido" para la mayoría, reconoce. Su implicación se reduce a la militancia de base. El ya secretario de organización, "una persona de pueblo", acumula 15 años de los que se enorgullece en las trincheras sindicalistas. Hoy cesará en Unións Agrarias, adonde llegó tras gestionar una explotación de vacuno, aunque no renunciará a su carné.
Pregunta. Aterriza usted en la secretaría de Organización socialista por su tirón en el rural, donde Unións Agrarias suma 15.000 socios.
Respuesta. Sin duda, soy del rural y, en teoría, por eso se cuenta conmigo. Ahora, yo voy a ser el secretario de Organización del Partido Socialista, no del partido de la aldea. Yo empleo hace mucho tiempo eso de un hombre, un cargo.
"Sin duda soy del rural, y en teoría por eso cuentan conmigo"
P. ¿Cómo ha vivido el congreso socialista de este fin de semana?
R. Fue ilusionante. Después del 1 de marzo hubo un bajón tremendo en la moral y este congreso es el punto de arranque. Si recuperamos la ilusión y la confianza está todo hecho.
P. ¿Cómo recibió la propuesta?
R. Con mucho vértigo pero con muchas ganas.
P. ¿Conocía con anterioridad a Manuel Vázquez?
R. No pasamos nunca de un "¡Hola, cómo estás!". Él sí tenía referencias de mí, pero yo estaba más con militantes de base.
P. ¿Le ve como candidato?
R. Si no fuera así no estaría aquí.
P. Las elecciones municipales pondrán a prueba su trabajo en el partido. ¿Cuál es el objetivo?
R. Tenemos dos años para recuperar la sintonía con las bases, con todos y cada uno de los militantes del partido, desde mi prima que me acaba de enviar un mensaje de que se va a afiliar hasta Pachi Vázquez. No sobra absolutamente nadie.
P. ¿Cree que el partido se ha acomodado últimamente?
R. Estoy convencido de que no intencionadamente, pero cuando la vorágine diaria y la responsabilidad te absorben pierdes la conexión con la calle. Seguramente existió un poco de eso y fue lo que los militantes nos dijeron. El PSOE tiene que bajar a estar con la gente.
P. ¿Y cómo debe plantearse el partido su labor de oposición?
R. Tiene que ser leal con Galicia y totalmente abierta a la negociación cuando los asuntos así lo requieran. También dura y sin dar ningún paso atrás de lo que llevamos conseguido.
P. Y las relaciones con los ex socios del BNG, ¿por dónde irán?
R. Somos dos partidos que tendrán que hablar de qué oposición y en qué medida quieren hacerlo en conjunto.
P. ¿Apuesta usted por la renovación o por la experiencia?
R. Por la conjunción de ambas. Soy un sentimental y un sindicalista, con lo cual lo que te pide muchas veces el corazón es... ¡Uf! Además de corazón hay que ponerle cabeza.
P. Y ¿qué ideas guarda para las secretarías provinciales?
R. No tengo ideas y no puedo tenerlas porque esto es un partido, no un club de amigos. Para la gente que quiere opinar y hacer lo que quiera están los independientes.
P. ¿Qué me dice del debate planteado en torno a la consolidación de posibles baronías en A Coruña o Lugo?
R. Eso es más literario que real. No tengo experiencia en ese tipo de cosas, soy virgen en ese sentido. Me remito a lo mismo, en el partido están marcadas las normas y son los militantes quienes las marcan. A partir de ahí, yo soy una pieza más.
P. ¿Con usted ganará peso el rural frente a las agrupaciones urbanas?
R. Para mí tiene más valor aquel afiliado que está en una aldea, que no tiene medios. Es lo que da músculo al partido y voy a tener más conexión con eso porque lo viví. El reequilibrio territorial como filosofía es fundamental para este país, tanto económica como socialmente. También dentro del partido, pero sin sobrevalorarlo. No pretendo ser el paleto de la ejecutiva.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.