_
_
_
_
Reportaje:Ranking de fondos

El lado oscuro sigue en la renta variable

Volatilidad y caída de cotizaciones penalizan aún a la Bolsa respecto a la renta fija

Los mercados de renta variable europeos han continuado en los primeros meses de 2009 marcados por la elevada volatilidad y por la disminución de sus cotizaciones. De hecho, el Ibex 35 ha cerrado el peor febrero de su historia, con una caída del 9,8%, con lo que ya acumula unos números rojos superiores al 20% si se tienen en cuenta los primeros compases de marzo, también caracterizado por un significativo desplome en los precios.

Sin querer "quitarle hierro" a esta situación, la realidad es que, en esta primera parte del año, ninguna plaza europea ha tenido un buen comportamiento: el índice EuroStoxx 50 acumula unas pérdidas también superiores al 20%. En Estados Unidos, la situación no es mucho mejor y su principal indicador, el Dow Jones, marca niveles no vistos en más de una década. Sólo los mercados asiáticos consiguen controlar, al menos en parte, este volumen de recortes.

El recorte de tipos y la brecha de precios entre distintos bonos prima a la renta fija

Por si esto no fuera suficiente en la valoración de los activos, en los mercados de divisas la cotización del euro se ha seguido reduciendo respecto al billete verde estadounidense. La moneda europea acumula en 2009 una depreciación del 9,2% respecto al dólar.

De esta mala evolución se están salvando los títulos de renta fija y, con ello, los fondos que colocan en ellos su patrimonio. Actualmente son el centro de atención. Por un lado, los bonos públicos han resultado muy atractivos para aquellos inversores asustados por la crisis que han querido apostar por las garantías estatales para su renta y capital. Esto ha elevado los precios de estos bonos y, por tanto, deprimido sus rentabilidades. Por otro lado, el temor de una oleada de suspensiones de pago en las empresas privadas ha provocado que los bonos corporativos perdiesen popularidad, lo que ha provocado una caída en sus precios y una subida de sus rentabilidades. Estos bonos ahora están en los niveles más baratos desde la década de los años treinta en comparación con los bonos soberanos.

No es un panorama nuevo. 2008 fue un año para olvidar para la mayoría. La volatilidad fue la compañera de viaje de las principales plazas financieras. Desde su inicio, los recortes en las plazas bursátiles fueron la tónica, provocados por la confirmación de que la crisis crediticia desatada en verano estaba repercutiendo de forma directa en la economía real; por los malos resultados bancarios y por el inicial despegue al alza del precio del crudo y, con él, de la inflación; por la desaparición de los principales bancos de inversión de EE UU y, como colofón, por el estallido del caso Madoff, la mayor estafa financiera de la historia.

Todas las medidas de reactivación, de confianza, de recorte de tipos, fueron "engullidas" en periodos cortos de tiempo. El resultado claro: el Ibex cayó un 39,43%; el CCA-40 francés, un 42,68%, y el Dax alemán, un 40,37%. Al otro lado del Atlántico, el Dow Jones retrocedió un 33,84%; el S&P, un 38,49%, y el Nasdaq, un 41,89%.

En este contexto, no es difícil entender por qué los fondos europeos, con independencia de los mercados bursátiles en los que se centraran a lo largo de 2008, han padecido como nunca. Ejemplos hay muchos. El más llamativo, sin duda, el de los fondos europeos especializados en acciones irlandesas, que acumulan unas pérdidas superiores al 67%. No hay que olvidar que este país ha sufrido con virulencia los efectos de la crisis financiera e inmobiliaria, y que las perspectivas oficiales apuntan a un recorte de su producto interior bruto en más de un 5%. Tal vez por su rapidez y fuerza, el segundo de los castigos más llamativos es el recibo por los fondos de los países del Este. El fondo europeo más rentable de este segmento pierde más de un 42,22%.

Los mercados emergentes, que en los primeros meses de 2008 parecían aguantar bien el tirón de la crisis, quebraron a partir del tercer trimestre la resistencia que había caracterizado su evolución. A pesar de ello, no deja de sorprender que los fondos europeos especializados en acciones de estos países registraran al cierre de 2008 unas pérdidas superiores al 52%, cuando acabado el verano éstas eran de poco más del 16%.

El intenso retroceso del precio del petróleo desde julio ha provocado que al final los fondos europeos especializados en recursos naturales sitúen, en promedio, sus pérdidas en el 42,5%, 40 puntos porcentuales más que seis meses atrás.

A lo largo de los últimos años, los fondos especializados en valores de pequeña y mediana capitalización vivieron su época dorada. Parece haberles llegado el momento de un severo castigo a juzgar por los datos de rentabilidad que arrojan. Los agrupados bajo la categoría europea caen más de un 47%; los especializados en valores de este segmento en Francia, por encima del 44%, y los centrados en acciones españolas o americanas de esta categoría, un 38%.

Sólo la renta fija se ha beneficiado y se sigue beneficiando del recorte de los tipos de interés y de la brecha de precios abierta entre los bonos de "alta calidad" y los de menos. En los primeros puestos de este ranking se colocan varias familias de fondos especializados en bonos high yield o de alto rendimiento.

Estrellas para medir el riesgo y la rentabilidad

Para entender el método APT es necesario saber:

- APT cuenta con una base de datos que engloba unos 13.700 fondos repartidos en más de 90 grupos de acciones u obligaciones, de los cuales en este ranking se incluyen cerca de 800 de nacionalidad española.

- El análisis precisa conocer los valores liquidativos financieros de cada fondo de inversión sobre un periodo mínimo de dos años y máximo de cuatro años. De ahí que todos los fondos de inversión españoles, franceses, belgas... que no cuenten con esa antigüedad han sido eliminados de la lista a analizar. El método APT se centra, además, en los fondos de inversión abiertos, aquellos cuyas participaciones se pueden comprar y vender por parte de los partícipes. Se excluyen de este ranking los fondos monetarios, con niveles de riesgo muy próximos entre ellos, lo que hace que su clasificación por estos factores no aporte importantes novedades sobre su clasificación por rendimientos financieros. Por último, se suprimen también de este ranking los fondos que no mantienen una política inversora claramente definida y que, por tanto, no se adaptan a las características de ninguna familia en concreto.

- Dado que el objetivo del análisis es comparar los fondos de los diferentes países sobre una base común por el método APT, sus rendimientos, para ser comparables, se convierten a euros.

- Para establecer las categorías se procede en varias etapas. En la primera se analiza, sin conocer su definición previa, fondo por fondo. Surgen así, en función de las rentabilidades obtenidas y los factores de riesgo presentes y determinantes, distintas categorías (fondos que invierten en acciones españolas, en acciones francesas, en acciones internacionales, en obligaciones belgas..., hasta un total de más de 90 familias), en las que existe un núcleo duro de fondos, con una correlación APT entre ellos en torno al 90% respecto a la media del grupo. En la segunda aparecen fondos vecinos, con una correlación en torno al 80%. Para los fondos de obligaciones se hacen clasificaciones adicionales en función de los tiempos, corto, medio y largo plazo, de inversión.

- Ser miembro de una determinada familia no lo dice todo. Supongamos que el fondo de Inversión AAA está bien situado en el corazón de la familia "Acciones España". Al cierre del periodo 31 de diciembre 2007-31 de diciembre 2008 ha conseguido una rentabilidad financiera anual del 15%. Su coeficiente APT de riesgo, muy suave, consigue, sin embargo, reforzar su rentabilidad corregida del riesgo hasta situarla, por ejemplo, en el 22%, lo que le hace subir posiciones en el ranking. Podría también ocurrir lo contrario, rentabilidad financiera elevada conseguida tras asumir fuertes riesgos que hacen descender el rendimiento corregido sensiblemente y, por tanto, su lugar en la clasificación definitiva.

. Los riesgos y las rentabilidades se califican en este ranking por estrellas.

. Cinco estrellas significan rentabilidad y riesgo muy en línea con los otros fondos de su familia.

. Cuatro estrellas significan rentabilidad o riesgo ligeramente separado.

. Tres estrellas significan rentabilidad o riesgo separado de sus vecinos de familia.

. Dos estrellas significan rentabilidad o riesgo claramente separado.

. Una estrella significa rentabilidad o riesgo muy desviado de los registrados por otros fondos de su grupo.

. Una exclamación significa rentabilidad o riesgo atípica.

. Dos exclamaciones significan rentabilidad o riesgo muy atípica.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_