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Reportaje:

Gonzalo de Berceo, ¿calle sin ley?

Los altercados del pasado domingo estigmatizan un barrio obrero de Huelva

La calle Gonzalo de Berceo, ubicada en la populosa barriada de La Orden de Huelva -un barrio con 30.000 habitantes de los 146.000 que completan el censo de la ciudad-, se ha convertido, para muchos, en una calle maldita. Hay establecimientos en la ciudad que cuelgan en sus locales el cartel de "No se hacen repartos a Gonzalo de Berceo". Muchos vecinos apuntan a un grupo de chavales "violentos" y a unas "cuantas familias" con comportamiento "incívico" como los responsables del clima de inseguridad que se ha establecido en el lugar. "La calle se ha convertido en el Bronx. No tienen vergüenza", se lamentaba ayer un taxista de la zona.

Los altercados ocurridos el pasado domingo entre vecinos y agentes del Cuerpo Nacional de Policía en esa vía han estigmatizado más aún la zona y han reabierto el debate de la seguridad ciudadana y de la falta de medidas sociales. El barrio, poblado de gente obrera venida de la provincia, ha alcanzado en los últimos años niveles de pobreza preocupantes, según la delegación provincial para la Igualdad y Bienestar Social. La barriada ocupa el cuarto lugar en percepción del salario social del programa de Solidaridad de la Junta.

Los autobuses urbanos dejaron de circular por la avenida en 2004

La presidenta de la Asociación Los Desniveles de la Orden, Estrella Martín, criticó la conformación de "guetos", cuyas consecuencias "negativas sufrimos ahora". El presidente de la Federación de Vecinos Saltés, José Luis Rebollo, destacó el alto absentismo escolar existente en la barriada y reclamó medidas sociales para la "inserción de los jóvenes".

No es la primera vez que ocurren episodios violentos en esa calle. Los autobuses urbanos (Emtusa) se convirtieron en 2004 en diana de un grupo de jóvenes que la emprendían a pedradas contra estos vehículos. Los responsables de la empresa renunciaron a circular por la avenida como forma de protesta y por temor.

Los incidentes del pasado domingo derivaron en una batalla campal que se saldó con cuatro personas detenidas, todas integrantes de la misma familia (los padres y dos hijos) y seis agentes heridos, uno de ellos recibió un fuerte impacto en la cabeza de una piedra. La mecha se prendió cuando uno de los agentes de la patrulla que realizaba un control rutinario en la zona requirió el carné de identidad a un joven que llamó la atención de éstos por "llevar un palo de grandes dimensiones", según explicó ayer Miguel Rodríguez Durán, comisario de la Policía Nacional de Huelva. El joven se negó a identificarse y adoptó un talante "violento", precisó Durán. Fue entonces cuando unos 70 vecinos "en actitud agresiva" la emprendieron contra los agentes provistos de piedras y palos.

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En la calle se respiraba ayer una calma tensa. "Aquí hay gente humilde que se gana la vida, pero unas cuantas familias se han empeñado en aguarnos la fiesta. Aquí te pegan un botellazo, te rajan la cabeza y encima se ríen", comentaba una señora aferrada a su bolso.

Otros vecinos, en cambio, tienen una versión distinta. Un señor, asomado a la ventana, aseguraba que los policías "habían ido a por ellos". "Han golpeado a un pobre chaval que dijo que iba a por el carné porque no lo llevaba encima en ese momento", explicó. Una señora en bata vociferó: "La policía de Huelva no tiene agallas para entrar aquí. Tiene que venir la de Sevilla".

Un miembro del Cuerpo Nacional de Policía, armado con material antidisturbio.
Un miembro del Cuerpo Nacional de Policía, armado con material antidisturbio.IVÁN BOZA

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