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Crónica:Duodécima jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Atlético paga su racanería

Los de Aguirre, obsesionados con no desgastarse, pierden dos puntos en el minuto 94

El Atlético se llevó de Soria un punto, un empate y solo eso, aunque a diez segundos del final tenía los tres puntos y la victoria pese a que había despachado el partido con desdén, a la ligera, casi sin esmero. Aguirre, el equipo, todo el Atlético, se presentaron en Soria con la intención, con la obsesión, de dejar su portería a cero y en ello estuvieron casi hasta el final, pero el Numancia tuvo tres palos, otro penalti no señalado y un gol fantasma. El gol, de penalti y al final, puso a cada uno en su sitio, aunque la racanería del Atlético podría haber merecido un castigo mayor.

La primera ocasión la tuvo el Numancia, a balón parado, intrascendente, pero sirvió para perder el aire funcionarial y la sensación de estar en Primera de prestado. Quero comenzó a tomar contacto con el juego, a buscar a Perea, al que, a poco que le amagase, le partía la cintura. La consigna era tirar desde cualquier sitio y por poco espacio que hubiera. El choque era del Numancia y el Atlético se dejaba dominar, aguantaba atrás, incluso Maniche, Agüero o Simão aparecían en la defensa para echar una mano y se ausentaban de su puesto habitual de trabajo. No había ocasiones, no había peligro, no había casi nada.

NUMANCIA 1 - ATLÉTICO 1

Numancia: Juan Pablo; Juanra, Pavón, Ortega, Cisma; Nagore; Del Pino (Brit, m. 76), Moreno (Bellvis, m. 64), Quero; Barkero y Goiria. No utilizados: Diego; Palacios, Felipe, Dimas y Mario.

Atlético: Leo Franco; Perea, Heitinga, Ujfalusi, Pernía; Maxi (Raúl García, m. 81), Maniche, Assunção, Simão (Luis García, m. 86); Agüero (Sinama, m. 77) y Forlán. No utilizados: Coupet; Pablo, Seitaridis y Banega.

Goles: 0-1. M. 34. Forlán supera a Juan Pablo tras un pase de Simão. 1-1. M. 94. Barkero, de penalti.

Árbitro: Ramírez Domínguez. Amonestó a Maxi, Pavón, Perea, Sinama, Nagore y Quero.

Unos 9.000 espectadores en Los Pajaritos.

Tuvo Agüero que acercarse a esperar el rechace de un saque de esquina, corrió, aguantó un par de patadas y le entregó un balón casi perfecto a Forlán, que lo estrelló en la manopla del portero. Había sido algo aislado, aisladísimo, porque el empeño seguía siendo el mismo: guardar el empate y esperar a tener una. Mientras tanto, el Numancia no paraba. Probaba sin descanso la banda de Perea para llegar hasta Leo Franco. Allí se juntaban Barquero y Quero para ahogar al colombiano y generar todo el peligro que había en el césped. Pero el Numancia tiene, como equipo pequeño, un problema con el gol. Y, en ésas, Simão se cambió de barrio, se fue hasta la banda derecha, le llegó una pelota, la primera, y colocó un pase prodigioso a Forlán. Le dejó solo ante Juan Pablo y el uruguayo acarició el cuero para dejarlo en la red.

El gol había llegado en la segunda ocasión, a la media hora de partido. El plan de Aguirre quedaba ratificado y a partir de ahí había hasta que exagerarlo sin ningún complejo. Forlán pudo volver a marcar un minuto después, pero el gol era margen más que suficiente, pensaba Aguirre, para dedicar la hora de futbol y frío que quedaba a aguantar y pensar en el partido de la Champions del miércoles.

El Numancia insistió en su ánimo, en sus ganas, y todo dictaba que si el Atlético no remataba la faena estaba destinado a sufrir. Goiria probó a Leo Franco de lejos, Ortega envió un cabezazo al larguero, Kresic movía el banco y añadía calidad a su ataque con Bellvis, Nagore y Brit repetían con el palo -al final, fueron tres-, Leo Franco sacaba sobre la línea o de dentro un cabezazo de Goiria... El Atlético estaba acorralado, pero la aplicación era la misma, tibia, destensada y esperando el final, la victoria, los tres puntos y al PSV Eindhoven.

Y, a diez segundos del final, Perea empujó a un delantero, el árbitro pitó el penalti y Barkero lo convirtió en el empate.

Agüero trata de eludir la acometida de Ortega.
Agüero trata de eludir la acometida de Ortega.AFP

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