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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Antoni Viñas Almenar, maestro en la vida

Catedrático de Latín, desarrolló una intensa actividad sindical en Valencia

A principios de los años noventa, íbamos a presentar la candidatura a las primeras elecciones sindicales de la recién creada Universitat Jaume I de Castelló. De repente, mi coche empezó a lanzar llamaradas por el tubo de escape. Superado el trance, bromeamos con la que nos pareció inminente proximidad de la muerte y pensamos lo que pondrían en nuestras esquelas. Toni Viñas, que ironizaba con que no utilizaba tarjeta de presentación por la imposibilidad material de encajar en ella la multitud de "cargos y títulos" que ostentaba -no remunerados, por supuesto- afirmó que se resignaba a no incluirlos en su esquela y que sería suficiente con su nombre.

Lo conocí en 1984, de él me habían hablado como un buen profesor de latín y enseguida se convirtió en mi maestro y amigo. Del latín pasó a satisfacer mis inquietudes sindicales y juntos compartimos ilusiones, esperanzas y trabajo en el sector de universidades del STEPV.

La gramática funcional, Tácito, el ablativo absoluto (que no existe), compartían con las lecciones de sindicalismo asambleario y el compromiso con nuestro País Valenciano las largas horas que disfruté con él. Porque Toni era catedrático de bachillerato de Latín, al mismo tiempo que profesor universitario, y un destacado luchador por las libertades desde joven y un entusiasta organizador del sindicalismo en la enseñanza.

Infatigable, polifacético, desarrolló una intensa actividad sindical en las universidades valencianas, con su sindicato, el STEPV, del que era miembro de su Secretariado Nacional y responsable del sector de universidades, y en el conjunto del Estado español, animando y aportando ideas a los compañeros y compañeras de la Confederación de STEs. Miembro del Consell Escolar Valencià desde su creación, y desde la presidencia de su Comisión de Proyectos Legislativos, elaboró y participó en numerosos dictámenes sobre la normativa educativa valenciana. Su sólida formación jurídica le convirtió en el responsable de los servicios jurídicos de su sindicato y en un especialista en legislación de todos los niveles educativos.

Comprometido con su Universidad, de la cual le gustaba recalcar que era pública y de calidad, participó en numerosas iniciativas para democratizar la universidad, desde el Claustro y la Junta de Facultad, o desde su cargo como delegado sindical. Esto le llevó a presidir la Junta de Personal Docente e Investigador de la Universitat de València y a ser miembro de su Consell de Govern.

Pero Toni era mucho más que un buen profesor y buen sindicalista, era un enamorado de su familia, por cuyos miembros y en especial por sus hijos, Toni y Julieta, sentía auténtica devoción. Como la sentía por sus innumerables amigos y amigas, de su trabajo, del sindicato o de su otro gran amor, el baile. Porque Toni era un afamado bailarín, actividad a la que dedicaba el poco tiempo que le quedaba libre.

Nunca se dejó seducir por el abrigo del poder ni de sus cercanías. De sus profundas convicciones democráticas nacía su escrupuloso respeto a las reglas del juego al mismo tiempo que mantenía intactas sus esperanzas para cambiarlas. Toni era de los que nadaba contra corriente y, por lo tanto, se mojaba la ropa. Por eso, quien no lo quería, lo respetaba.

Para mí, para muchos, Toni era un hombre bueno, un amigo entrañable y una persona imprescindible. Toni, non omnis moriris.

Xavier Gómez Font es profesor de Filología Latina de la Universidad de Valencia.

Antoni Viñas, catedrático de Latín y sindicalista universitario.
Antoni Viñas, catedrático de Latín y sindicalista universitario.

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