Olazábal sufre por Augusta

Otra vez el público a su alrededor, la tensión de competir, la libreta de golpes, el cariño de la gente... Otra vez los chistes con su caddie. Otra vez el golf, el regreso a la vida para José María Olazábal, de vuelta ayer a la competición oficial siete meses y medio después de su último golpe, del momento en que soltó los palos de dolor por una lesión artrítica que nació en la rodilla izquierda y le ha recorrido todo el cuerpo. Desde aquel 8 de agosto de 2007 en Oklahoma, en el US PGA, hasta ayer en la primera jornada del Open de Andalucía, Olazábal ha pasado un calvario, el miedo de no ser quien fue por unos dolores que le impedían estar dos horas sentado, levantar el brazo derecho para pedir un taxi o incorporarse del sofá. La artritis que sufrió hace 12 años, y que le mantuvo 18 meses parado, se reprodujo en sus articulaciones y en su espalda. Olazábal visitó al médico alemán Wohlfart Müller, que le curó entonces, y la Clínica Universitaria de Navarra.

"No me siento fantástico, pero sí mejor que en los últimos meses"

Después del invierno en casa, llegan la primavera y el Masters, del 10 al 13 de abril, que le ha devuelto la motivación para olvidarse del dolor. A los 42 años, Olazábal soporta los pinchazos en su hombro y espalda por amor a Augusta, el primer grande del año, la chaqueta verde que vistió en 1994 y 1999, después de su lesión. Como entonces, ahora regresa para la gran cita. O eso espera. La felicidad de esos recuerdos ha animado al vasco a aceptar la invitación de su amigo Miguel Ángel Jiménez y probarse en Marbella. De sus sensaciones hasta el domingo dependerá su viaje al Shell Open de Houston la próxima semana y a Augusta la siguiente.

El miedo al primer día se lo quitó en el primer hoyo de su partido con Jiménez y el alemán Kaymer. Un birdie para empezar. Y una tarjeta de un golpe bajo par después de salvar "cinco golpes terroríficos con approach muy buenos". "El resultado ha sido lo más inesperado, estoy más que satisfecho", dijo Olazábal, una media sonrisa bajo una cuidada barba (nueva imagen para cambiar de ánimo) y las manos presionando la parte baja de la espalda para aliviar las molestias. ¿Y el dolor? "No va a peor, y eso ya es una buena señal, aunque en los últimos hoyos he notado la zona lumbar más cargada. No me siento fantástico, pero sí mejor que en los últimos meses", añadió.

Las molestias comenzaron en mayo de 2007 en la rodilla izquierda. Se le hinchaba, le extraían líquido sinovial y volvía a jugar con dolores, incluso hasta al andar. En agosto paró. Hasta enero pasado no cogió los palos, y su progresión ha sido más lenta de lo que esperaba. Olazábal ha bajado hasta el puesto 132 del mundo y ha reducido su número y volumen de entrenamientos: apenas unas 100 bolas en los mejores días. En las dos últimas semanas, por ejemplo, sólo ha completado 18 hoyos en cinco días. Y no seguidos. De ahí que las cuatro jornadas del Open de Andalucía sean la prueba definitiva para él. "No voy a pedir grandes logros. Echo de menos la competición, probarme, el golf es parte de mi vida y ver que no puedes competir es duro. Estos meses he hecho recordatorio del 95, cuando también estuve lesionado. Lo de ahora es menos fuerte, pero te desesperas al ver que no avanzas", dice Olazábal.

"Ha tenido algunos problemas para abordar el green, pero lo ha solucionado razonablemente bien con el putt. Ha sacado la garra", explicaba su mánager, Sergio Gómez. Las dos últimas victorias de Olazábal fueron en 2005 en Mallorca y en 2006 en la Copa Ryder con Europa, equipo del que puede ser el próximo vicecapitán, junto a Nick Faldo. Para volver a celebrar un triunfo, Olazábal tantea un cambio de estrategia. "Tendré que hacer como el Tigre", explica sobre Woods, "buscar más la calidad que la cantidad". Augusta espera su segunda resurrección.

Resultados tras la primera jornada: 1. Lee Westwood (65). 2. Jan-Are Larsen (66). 3. Danny Willett (66). 10. Juan Parrón y Carlos Suneson (69). 21. Pablo Martín (70). 34. José María Olazábal (71).