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Reportaje:

"Soy el único culpable"

Guti asume el error que le hizo perder el balón que propició el segundo gol del Lazio

José Sámano

Cada día que pasa se apaga un poco más la mirada ilusionada de Schuster. El entrenador alemán parece desengañado tras comprobar que su idea original no era tan fácil de llevar a cabo. Hacer jugar bien al Madrid es una empresa que, aunque parezca lo contrario, conlleva amarguras y además no garantiza el éxito. Cuando está en público y le preguntan por los achaques de su equipo, Schuster es más elocuente en sus silencios. Si habla, como ayer en el estadio Olímpico -que vio cómo los radicales del Madrid lanzaban bengalas antes del partido-, se muerde la lengua. Parece incómodo. "¿Qué le pareció la actuación de sus jugadores?", le preguntaron. "Bien", dijo, y no agregó más. Esperó a que le hicieran otra pregunta. Le inquirieron sobre el juego deficiente del equipo. "De eso no voy a hablar", zanjó. Su resumen fue rápido y funcionarial: "Es verdad que cuando mejor estábamos jugando ha llegado el empate a dos. Daba la sensación de que teníamos controlado el partido. Pero los robos de balón en el medio campo nos han dado problemas. El empate fuera es positivo. Siempre es bueno ganar un punto".

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"Yo sólo soy el único culpable de haber perdido ese balón", dijo Guti, que asumió la responsabilidad del segundo gol del Lazio en una entrevista en El Larguero de la SER. "No ha sido mi mejor noche".

Mientras Guti y Schuster hacían sus declaraciones, los hinchas violentos del Madrid campaban a sus anchas por el estadio. Eran unos cientos de miembros relacionados con la peña Ultras Sur. Hacía años que no desplegaban tanto aparato y tanta parafernalia. Ayer la policía italiana dio caza a un grupo de ultras sur por provocar disturbios. Hasta que no los retuvieron, no dejaron marchar a los autobuses del resto de los aficionados.

Lo más sorprendente fue la reserva de bengalas que exhibieron. Encendieron decenas. El estadio se iluminó con luces rojas y las gradas se cubrieron de humo. Algunas bengalas fueron lanzadas a la pista de atletismo. La UEFA penaliza estas acciones con multas económicas. La cuestión es saber si el organismo que gobierna el fútbol europeo sancionará al Madrid o al Lazio. El grupo de hinchas violentos del Lazio, los Irriducibili, siempre alardearon tanto de su ideología totalitaria como de su complicidad con Ultras Sur. Sin embargo, ayer no encendieron bengalas en su curva.

Los jugadores del Madrid desfilaron desanimados del jabón al autobús. Pero no sólo por el partido. Una parte del vestuario destila el desinterés propio de los futbolistas cuando hay poco en juego. Claro que había excepciones. Heinze vive el fútbol al límite. "Esperaba sacar tres puntos", declaró, medio agitado. "Estoy un poquito triste", apuntó, para significar que se encontraba rabioso. "Cuando empato no me voy contento. Tuvimos la posibilidad de ganar y no ganamos. No quiero hacer valoraciones concretas ahora porque estoy caliente. Queda mucho trabajo por hacer".

Marcelo salió muy contento del campo. "El empate es bueno", comentó. "El equipo jugó bien al fútbol, lo que ocurre es que fallamos un poquito atrás. El míster no está muy satisfecho".

El director de fútbol del Madrid, Pedja Mijatovic, no estaba feliz con el resultado: "Me da rabia empatar de este modo. Teníamos controlada la situación cuando nos han marcado. Podríamos haber ganado. El equipo ha dado la cara ante un rival italiano siempre competitivo. Ahora tenemos que recuperar a los jugadores que están un poco tocados. Debimos tener el balón más tiempo en la primera parte. El segundo gol llegó después de tocar bien el balón en el medio campo".

Con sus dos goles de ayer -suma tres-, Van Nistelrooy se convirtió en el máximo goleador de la actual edición de la Liga de Campeones. "En el primer gol he tenido fortuna porque el balón me dio en la pierna antes de meterse en la portería", dijo. "En el segundo he estado mejor. Tuve bastante tiempo para ver al portero. Amagué y cuando vi que iba al suelo le pegué al palo contrario. Normalmente debimos ganar este partido, pero un empate fuera no es tan malo".

Los hinchas radicales del Madrid encienden bengalas antes del partido de ayer, en el estadio Olímpico de Roma.
Los hinchas radicales del Madrid encienden bengalas antes del partido de ayer, en el estadio Olímpico de Roma.EFE

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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