El Desafío Español bota su nuevo barco en presencia de la Reina

Las bases del Desafío Español y el Victory Challenge, rivales para alcanzar la semifinal de la Copa del América de vela, se encuentran pegadas en el puerto de Valencia. De ahí que Pepe Ribes, el cotizado navegante fichado por el equipo sueco tras disputar la última Vuelta al Mundo, se acercara ayer a la botadura del nuevo barco español, el ESP97, con el que competirá a partir de abril en la fase final del torneo: el acto 13 y la Copa Louis Vuitton. "¡Que vengo con la cámara!", bromeó Ribes ante sus rivales. El secretismo es tal entre los equipos que cualquier intromisión, aunque sea de un amigo como Ribes, es vista con suspicacia. El 1 de abril los equipos levantarán las faldas a los barcos. Entonces quedarán por fin al descubierto los elementos que han escondido durante tanto tiempo.

La reina Sofía fue la encargada de oficiar la botadura del nuevo barco español, estrenado después de 16.000 horas de diseño, 27.000 horas de construcción durante cinco meses, "un tiempo récord", en los astilleros de Alginet y el trabajo conjunto de 15 centros de investigación y universidades españolas. La nueva embarcación española, con la que el equipo pretende alcanzar las semifinales de la competición, tiene 25 metros de eslora, está realizado en fibra de carbono y resina y desplazará 24 toneladas de peso. "España ha alcanzado ya el mismo nivel tecnológico que los países más avanzados", afirmó el ministro de administraciones públicas, Jordi Sevilla.

La meta del Desafío es situarse entre los cuatro mejores equipos de la Copa Louis Vuitton, de la que saldrá el desafiante que retará en la final al Alinghi. Destacados Team New Zealand, Oracle y Luna Rossa, el Desafío se pelea con el sueco Victory, Team Germany y Mascalzone por el cuarto puesto.