Frank Albert Cotton, químico
Demostró la existencia de enlaces cuádruples entre átomos
Frank Albert Cotton ha sido una figura sobresaliente en la química durante más de medio siglo. Sus cinco libros de texto y referencia fueron traducidos a catorce idiomas, incluyendo el español. Ha sido autor o coautor de más de 1.600 artículos en revistas científicas. Su investigación en la química inorgánica se ha aplicado a procesos de producción de gasolina, lubricantes sintéticos, pinturas, plásticos de altos índices de resistencia y, sobre todo, en el conocimiento básico de la química. Entre sus muchos logros, Cotton demostró la existencia de enlaces cuádruples atómicos y realizó numerosas y brillantes investigaciones sobre este nuevo tipo de enlace químico.
Cotton nació en la ciudad de Filadelfia, Pensilvania, en 1930. Estudió química en las universidades de Drexel y Temple, de la misma localidad. Discípulo del posteriormente premio Nobel Geoffrey Wilkinson, realizó su doctorado en 1955 en la Universidad de Harvard, luego se trasladó al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde en 1961, a los 31 años de edad, llegó a ser catedrático. En 1972 se trasladó a la universidad de Tejas A&M, donde tomó posesión de la Cátedra Robert A. Welch y fue nombrado Profesor Distinguido.
El profesor Cotton fue pionero en la integración de las técnicas físicas en los estudios de compuestos y procesos químicos. Desarrolló las aplicaciones de la teoría matemática de grupos a la química, en estudios sobre las vibraciones de las moléculas. Usó la resonancia magnética nuclear en estudios sobre los cambios morfológicos de moléculas en disolución, fenómeno llamado "fluxionalidad". Fue también pionero en el uso habitual de métodos de difracción en la elucidación de estructuras moleculares. Sus métodos se convirtieron en las pautas empleadas en laboratorios de investigación de todo el mundo.
Albert Cotton fue famoso por su claridad al explicar conceptos complejos. Sus libros, Química Inorgánica Básica y Química Inorgánica Avanzada, escritos con su mentor Geoffrey Wilkinson, se han utilizado mundialmente durante generaciones, al igual que el libro de Cotton La Teoría de Grupos Aplicada a la Química.
Se le concedieron 29 doctorados honoris causa, entre ellos los de las Universidades de Valencia en 1983, Zaragoza en 1994 y Jaume I de Castellón en 2000. Fue miembro de la Academia Nacional de Ciencias (Estados Unidos) y recibió la Medalla Priestley de la Sociedad Americana de Química en 1998.
Cotton se sentía muy orgulloso de los logros de sus estudiantes y colaboradores, algunos de los cuales trabajan en diferentes universidades españolas. Dirigió más de 250 tesis doctorales e investigadores posdoctorales.
Pascual Lahuerta, catedrático de la Universidad de Valencia y primer colaborador español de Cotton, le recuerda, no sólo como un científico eminente, sino también como una persona singular, capaz de transmitir a sus colaboradores la ilusión que sentía por la química y ayudándoles a conseguir los objetivos y metas personales de cada uno. Rosa Llusar, actual vicerrectora de Investigación de la universidad Jaume I de Castellón, se doctoró en 1988 bajo la dirección del profesor Cotton. Rosa al recordar sus cuatro años vividos en el grupo de Al Cotton manifestaba: "Al me contagió su pasión por la química y por el trabajo bien hecho. Recuerdo con cariño sus constantes manifestaciones de ánimo en esos momentos difíciles en que los resultados parecían no querer llegar".
Según el decano de Ciencias de Tejas A&M, H. Joseph Newton, "Los alumnos admiraban a Cotton y viceversa". Este respeto mutuo se extendía a toda la comunidad universitaria. Ronald G. Carter, director técnico y jefe del Personal de Administración y Servicios del Departamento de Química donde Cotton trabajaba, expresó sus sentimientos hacia él tras enterarse de su fallecimiento: "Al Cotton fue uno de los hombres más extraordinarios con los que he tenido el privilegio de trabajar. Se sentía obligado a ayudar a la gente a alcanzar sus sueños siempre que estuvieran dispuestos a trabajar y confiaran en sí mismos".
Fue amante de la vida, experto jinete, gastrónomo y enólogo. Dominaba diversas lenguas, entre ellas el español. Deja atrás a su esposa Diane, con la que había compartido 47 años de su vida, y a sus dos hijas, Jennifer y Jane.
Fernando Palacio, Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón (CSIC) Universidad de Zaragoza.
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