El Boca estudia dejar su barrio y compartir campo nuevo con el River
En Argentina, país donde lo imposible parece algo cotidiano, una de las pocas certidumbres era que el Boca Juniors seguiría ligado siempre al popular barrio porteño del que toma su nombre. Ya ni eso es seguro. El presidente del equipo, el empresario y político Mauricio Macri, ha comenzado a especular en público con la idea de que el club abandone La Bombonera, el mítico estadio del equipo xeneize. La razón esgrimida es que la cancha se ha quedado pequeña para una afición tan grande.
El problema es que La Bombonera tiene en la actualidad capacidad para 60.000 espectadores, pero en unas condiciones que no cumplen las nuevas disposiciones de la FIFA. En Argentina, el fútbol se ve, y se vive, en pie, como sucedía en Europa hace años. Si ya la capacidad del estadio se muestra insuficiente domingo a domingo para acoger la petición de entradas tanto de seguidores locales como de los visitantes -además, Boca no admite nuevos socios por falta de espacio-, con la remodelación que tendrá que hacerse, y que básicamente consiste en sentar a los espectadores, el aforo quedará reducido a apenas 40.000 espectadores, muy lejos de las necesidades de un club que en cuanto a derechos televisivos y comercialización de productos se ha colocado al mismo nivel que los más importantes del mundo. "La solución sería abandonar el barrio. Pero es un problema grave y lleva a un debate profundo", ha reconocido Macri.
Una herejía
Pero, si ya la salida del equipo del barrio -donde el 3 de abril de 1905 un grupo de amigos decidió fundar un club de fútbol y eligió los colores azul y amarillo tras observar en el puerto a un navío con la bandera sueca- sería vivida como una tragedia, la idea lanzada por Macri sobre una posible solución ha sido considerada una auténtica herejía. "Sigo fantaseando con hacer junto a River un estadio único, más moderno y con mayor cercanía, para no alejar al espectador", dice Macri.
River no es otro que el River Plate, el archienemigo del Boca, que disputa sus partidos en el estadio Monumental, feudo también de la selección nacional. La idea está tomada de otros países como Italia, donde los rivales locales, Inter y Milan o Roma y Lazio, comparten estadio. En Argentina, la única experiencia similar, el estadio Único de La Plata, parece abocada al fracaso.
A los problemas deportivos y sentimentales hay que añadir la implicación social. El traslado del estadio supondría un duro golpe para el barrio de la Boca, un distrito muy degradado de la capital argentina. Y, si cualquier mudanza va para largo, en el caso de un equipo centenario como el Boca más todavía. A finales de 2007 se celebrarán elecciones a la presidencia del club y la decisión definitiva será adoptada por la nueva directiva. Es muy posible que Macri concurra como candidato en pocos meses a las dos convocatorias electorales más importantes de Argentina: la presidencia del Boca y, en octubre, la de la República.
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