De Mestalla a Belgrado

Mela Kodro, hermano del delantero bosnio que jugó en la Real Sociedad y en el Barcelona hace años, conoce a Zvezdan Terzic, actual presidente de la federación Serbia de fútbol y, antes, un clásico del fútbol en Belgrado. Allí jugó toda su vida, en el OFK de la que entonces era capital de Yugoslavia. Mela trabaja en el despacho de representación de Miguel Santos y telefoneó a su amigo tan pronto supo que Serbia buscaba un perfil en el que Javier Clemente encajaba para sustituir a Ilija Petkovic tras el fracaso en el último Mundial. Se precisaba un técnico extranjero y que hubiera sido seleccionador.

"Clemente no es un desconocido para el fútbol serbio", razona Mela Kodro, "así que cuando les conté que Clemente estaba libre no lo dudaron: me pidieron una cita con él". No sólo no era un desconocido, sino que toda Yugoslavia recuerda la eliminatoria contra España camino de Francia en 1998. Pantic, Djukic, Savucevic Jokanovic, Mijatovic... Todos eran estrellas en sus equipos, en España, en Italia... España, el 15 de diciembre de 1996, barrió a aquel equipazo en Mestalla, con Zubi de portero, Guardiola a la batuta (marcó el 1-0 de penalti) y Raúl en la delantera (él cerró la victoria por 2-0). En la vuelta, Hierro y Mijatovic marcaron de penalti, en un partido inmenso de Zubizarreta. Clemente duda que el recuerdo de aquellos dos partidos tuviera algo que ver, pero Mela Kodro, no: "Se acordaban, ya lo creo que se acordaban", asegura el bosnio.

Clemente aceptó ser técnico de Serbia en cinco minutos, durante una cena en Palma

Clemente, al que Fernando Lamikiz acababa de despedir del Athletic de Bilbao jugaba a golf en Palma de Mallorca cuando recibió la llamada de Miguel Santos: "Me comentó lo que había y, la verdad, me hizo ilusión. Yo quería entrenar. Me pareció superinteresante la idea de dirigir a Serbia. Así que quedamos para cenar en Palma al día siguiente".

"Tardaron cinco minutos en ponerse de acuerdo", recuerda Mela. "No era difícil: Ellos me querían y a mí me apetecía. Más que un reto, supone una gran ilusión para mí", reconoce el rubio de Barakaldo, ya convertido en el primer entrenador extranjero de la historia del fútbol yugoslavo y, dicen, el mejor pagado de la historia del cargo: según la prensa serbia, cobrará 700.000 euros por los dos años firmados. "En cualquier equipo español cobraría cinco veces más y por ese dinero, nadie hubiera querido venir", le reconoce Terzic, el presidente del fútbol serbio, que en la cena de Palma atendió la única exigencia de Clemente sin pestañear. "Quería un ayudante que conociera el fútbol serbio y hablara castellano. Tan pronto me propusieron a Vidakovic no tuve dudas, era perfecto", asume Javi al hablar del que será su ayudante. No en vano, durante el año y medio que pasó en Sevilla, entrenando al Betis, descubrió en aquél central a un hombre "serio, trabajador y que va de cara", según le definió ayer, mientras jugaba a golf en Bilbao.

Javi vivirá a caballo entre Las Arenas y Belgrado, donde fue presentado el pasado viernes y tendrá otro estrecho colaborador, que cierra la terna de lo que se ha dado en llamar "la conexión española": Djucik, el que fuera dentral del Deportivo y el Valencia, dirigirá a la Sub-21. En su caso, ya ejercía antes del fichaje de Javi, a quien su nuevo presidente define como "un técnico de calidad y con reputación que, estoy seguro nos dará lo que necesitamos". Tras separarse de Montenegro y fracasar estrepitosamente en el Mundial de Alemania (no ganaron ni un sólo partido y Argentina les goleó por 6-0), Serbia pretende rejuvenecerse -su selección sub-21 ha llegado a semifinales en los dos ultimos campeonatos europeos que ha jugado- y, sobre todo, clasificarse para la Eurocopa 2008.

"Voy a entrenar a una selección potente y trataré de devolverle el prestigio que siempre ha tenido", resume Clemente, que debuta el 16 de agosto en Praga, contra Chequia, en un amistoso y afronta el 2 de septiembre el primer partido oficial, contra Azerbayán. "En el fondo, el fútbol es fútbol en cualquier sitio. Y allí, me quieren", dice Javi.