La calma y el estupor de Ricky Martin
El cantante muestra su preocupaciónpor la situación de la infancia en el mundo
Dos años de silencio han bastado a Ricky Martin para meterse de nuevo en el trajín de una nueva grabación y una nueva gira. "Había llegado muy alto, y necesitaba calma", dijo el puertorriqueño en su multitudinaria rueda de prensa celebrada ayer en un céntrico hotel madrileño para justificar su alejamiento de la popularidad en este tiempo. "Me tomé un respiro, necesita silencio para ver dónde estuve y ver adónde quería ir".
El intérprete de La vida loca aseguró que la calma es la palabra que "mejor refleja el estado en el que me encuentro ahora". "Viví unos años locos porque me propuse ser el mejor, y fue un sabotaje a mis emociones". Nombrado por la ONU como embajador de buena voluntad para asuntos de la infancia, Martin confesó ayer que estos dos años ha viajado mucho por Asia asustado por el enorme crecimiento del negocio de la prostitución infantil y el tráfico de niños: "Es terrible, supone un negocio mundial que mueve más de 20.000 millones de euros sólo en Asia, donde es la tercera industria, por detrás del tráfico de armas y de drogas". El asunto le preocupó tanto al cantante que creó la Ricky Martin Fundation para asistir a miles de niños en Latinoamérica, África y Asia susceptibles de caer en las redes de los pederastas. "Difundir ese terrible problema es ahora mi misión".
A pesar de los intentos del cantante de hablar ayer de asuntos así de importantes o de anunciar que el mes que viene ofrece sólo cuatro conciertos en España en la gira Una noche con Ricky Martin (Barcelona, día 9; Valencia, 11; Murcia, 12 y Madrid, 14), la conferencia de prensa fue casi saboteada por los programas de telebasura, más preocupados en saber con quién se acuesta el artista o si usaba tangas de leopardo o calzón largo para dormir, prendas que le pusieron delante, sin que él pudiera disimular su estupor.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.