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Crónica:FÚTBOL | 22ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Osasuna rentabiliza el tedio

El conjunto de Aguirre lee el partido mejor que el Sevilla y gana con un gol de Milosevic

Osasuna ganó ayer porque confió en sí y en su apuesta. Superó al Sevilla porque siempre creyó en ello y porque el contrincante se ofuscó donde su entrenador lo esperaba. Osasuna estuvo ayer un grado por encima de los sevillistas. Al menos, en su cabeza y en el marcador.

Este enfrentamiento tiene ínfulas de clásico. Pero son más las ganas de superlativos que exige el mundo del fútbol que lo que certifica el juego. Para empezar, emoción. El Sevilla salió con la tiza en la mano, dispuesto a ser el primero en tirar la raya, decidido a que la primera sensación del contrincante en el encuentro sea la de que le dominan. El problema es que más que la línea, lo que tiró fue el balón. Lo hizo volar desde la parte central de las bandas, principalmente la derecha, para que sus delanteros se pelearan por su posesión con los centrales osasunistas.

SEVILLA 0 - OSASUNA 1

Sevilla: Palop; Alves (Kepa, m. 69), Javi Navarro (Jesuli, m. 88), Dragutinovic, David; Navas, Martí, Maresca, Adriano; Kanouté y Luis Fabiano (Saviola, m. 58).

Osasuna: Ricardo; Javier Flaño, Cuéllar, Josetxo, Clavero; Puñal, Raúl García; Moha (David López, m. 58), Milosevic (Muñoz, 87), Delporte; y Romeo (Cruchaga, m. 78).

Goles: 0-1. M. 61. Milosevic, de cabeza, a centro de Flaño desde la derecha.

Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Moha, Adriano, Romeo, Javi Navarro, Luis Fabiano, Puñal, Josetxo, Kepa, Ricardo, Navas, Martí, Dragutinovic, Delporte, y expulsó a David (m. 94) por insultar a un juez de línea.

Unos 45.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.

Simplona como es, la táctica, creo sus momentos de desasosiego a los de Pamplona. El momento en el que el Sevilla fue más peligroso en toda la primera mitad llegó en el minuto 4. Tras un saque de córner, Ricardo se despistó y salió sin saber muy bien lo que quería hacer, la pelota rebotó hasta los pies de Luis Fabiano Éste remató mal y a donde fuera. Y el balón llegó a las manos de Ricardo, que encontró así, de chiripa, la disculpa perfecta para su desastrosa colocación.

Entonces, fue Osasuna quien hizo lo mejor de toda su actuación en la primer parte. El portero osasunista puso la pelota en juego de inmediato, ésta llegó a Delporte, que se deshizo de Alves, centró al área y, tras un rechacé, Puñal disparó duro desde fuera del área. El balón salió fuera por muy poco, casi rozando el palo derecho de la portería de Palop. Pues este minuto descocado fue todo lo que de buen juego se vio en la primer mitad del duelo.

A pesar de que ambos equipos fueron responsables del pobre espectáculo de ayer sobre el césped sevillano, Aguirre parecía cada vez más cerca de su objetivo. Hasta pasada media hora, ni Adriano ni Navas fueron capaces de superar a sus marcadores y estirar así el terreno de juego. Precisamente, a los 30 minutos de iniciarse el juego, Alves disparó a puerta. La segunda vez que su equipo lo hacía. No acertó entre los tres palos. Como tampoco lo consiguió en el 41.

La decisión sevillista de olvidarse de hacer circular el balón, acabó por beneficiar la estrategia conservadora que eligió Aguirre. Lo que podría hasta definirse como rácano, tuvo ayer una innegable dosis de inteligencia y, sobre todo, de efectividad. Aguirre taponó las bandas y esperó y esperó hasta que pudo bloquear el resto del campo.

Antes de eso, a los pocos minutos de comenzar la segunda mitad, Navas podía haber dado la el mando a su conjunto. Pero le temblaron las piernas. La jugada comenzó en Luis Fabiano, que tocó a Maresca para que éste hiciera correr la pelota hasta el hueco por el que se colaba Navas en el área osasunista. El joven interior sevillano, efectivamente se coló hasta la cocina, pero su intentó de meter gol se fue fuera.

A 30 minutos del final, Flaño sacó un buen centro desde la derecha al corazón del área. Allí estaba Milosevic, que sabe más de fútbol de lo que es capaz de ejecutar. Aún así, le bastó comprobar las dudas de Alves en la marca -ni sabía que el serbio estaba al acecho detrás de él-, le ganó la posición y remató a la red de Palop.

Osasuna no permitió que se jugara más y el Sevilla no supo. El partido que fue el de las peleas, el de las marrullerías, se lo llevó el que mejor supo esperar su oportunidad. Ni bonito ni emocionante, pero un gran resultado para Osasuna y un tropezón para el Sevilla, que ya se creía inmune a este tipo de partidos y de contrarios.

Luis Fabiano trata de eludir a dos adversarios.
Luis Fabiano trata de eludir a dos adversarios.GARCÍA CORDERO

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