Canal + emite 'Voces encadenadas', radiografía del maltrato a la mujer
Cinco víctimas de violencia machista ilustran el documental
En Voces encadenadas no hay heridas, ni sangre, ni gritos. Los gestos, los silencios, el estremecedor testimonio de Lola, Susana, Luz, Vanesa y Marta bastan y sobran en esta radiografía del maltrato en el hogar. En el Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer, Canal + estrena hoy 'Voces encadenadas' (19.35), un nuevo trabajo de la serie documental El ojo de la cámara, una producción de Elías Querejeta en este caso dirigida y escrita por Azucena Rodríguez (Entre rojas).
Marta se tuvo por una "niña normal y corriente". Luz, por el contrario, no recuerda que su madre le diera un beso. A Vanessa le aterrorizaba que su padre "volviera a casa". "Reconocíamos el sonido del motor" del coche, rescata de la memoria. Lola quedó marcada en su infancia por las "humillaciones" paternas. "A eso te habitúas".
Más tarde llegaron "ellos". A Lola, pediatra de mediana edad, su marido jamás le pegó. Ni le gritó. "Un silencio humilla mucho más", asegura. Y que jugara con la amenaza de llevarse al hijo que tuvieron en común. A Luz, más que las palizas que le propinaba su esposo, lo que le hacía "más daño eran las voces, el desprecio". Y la incomprensión y el mirar hacia otro lado de la familia y los vecinos de la aldea gallega en la que vivía.
Cuando Marta descubrió que "él disfrutaba" haciéndole sufrir, dejó de llorar en su presencia. "Así se cansaba", explica esta joven diseñadora.
Llegaron al infierno por caminos diferentes, pero Azucena Rodríguez, directora de Voces encadenadas, entiende que con este trabajo Lola, Susana, Luz, Vanesa y Marta envían un mensaje de "esperanza" a los miles de mujeres que esconden con sentimiento de culpa años de humillaciones, amenazas y terror en el hogar. Una de cada cinco, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Escapar del horror
Las protagonistas de este largometraje documental escaparon del horror y han reescrito sus vidas en un centro de ayuda a mujeres maltratadas, del que no pueden dar muchos detalles. Porque todavía huyen.
Vanessa, sometida a abusos por su padre entre los 13 y los 20 años, sabe que éste "puede venir a por nosotras" -ella, su madre y sus hermanas- cuando cumpla la condena que lo envió a prisión. Pocos saben dónde vive Marta, que sólo pide que nadie intente "entender" a su ex pareja; ella sólo ve en él un "delincuente común", y reclama que como tal sea tratado. La ecuatoriana Susana, lejos de sus raíces, busca un futuro en paz para sus hijos.
La cicatriz quedará tatuada indeleblemente. Porque Lola ahora sólo lamenta haber cometido un error, "explicarle qué esperaba de la vida". Le enseñó su flanco débil, algo que tristemente ha aprendido a resguardar. A Marta, quien vio cómo aquel hombre "cariñoso y detallista" se convertía en un monstruo, ahora le dan miedo "las cosas tan perfectas".
Elías Querejeta ha producido hasta la fecha más de veinte películas documentales bajo el título El ojo de la cámara, entre las que figuran 'Ciudadanos vascos', 'Traineras', 'En la cuneta' y 'Días de fútbol'.
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