"El Barça es más equipo; el Madrid compite como nadie"
Hierro y Guardiola, ex capitanes de los dos 'grandes' del fútbol español, repasan sus experiencias y analizan el duelo del próximo sábado
El 15 de febrero de 1990, Fernando Hierro jugó por vez primera en el estadio Bernabéu el clásico del fútbol español, el Madrid-Barça. Durante los 14 años que formó parte del primer equipo del Madrid, Hierro jamás faltó a un partido de la Liga cada vez que el Barcelona lo visitaba hasta que el 19 de abril de 2003 (1-1) afrontó el envite por última vez. El 19 de octubre de 1991, un chaval enjuto, nacido en Santpedor y llamado a hacer historia, apareció por vez primera sobre el césped de Chamartín. Era Guardiola, mediocentro que fue de aquel Barça inolvidable del decenio de los 90. En las once temporadas que vistió la camiseta azulgrana, el catalán jugó seis veces más contra el Madrid en el paseo de la Castellana. Ayer, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, en Madrid, los ex capitanes de ambos equipos hablaron de aquellos duelos no tan lejanos y muy especialmente del que se jugará el próximo sábado.
Guardiola: "Lo que más recuerdo del Bernabéu es que siempre perdíamos. Había que salir a por vosotros"
Guardiola: "El Madrid, jugando mal, se maneja mejor con los resultados que el Barça. Siempre ha sido así"
Hierro: "Vosotros tocabais y tocabais. Nos hacíais correr muchísimo. Yo, que el Madrid, no le daba la pelota al Barça"
Hierro: "El Barça hace diez años que juega a dos toques. El Madrid juega según quién se siente en el banquillo"
EL PAÍS. ¿Qué tiene un Madrid-Barcelona que lo hace tan especial para un futbolista?
Fernando Hierro (F. H.). Para un futbolista, para el aficionado japonés, para los periodistas... Es un partido diferente por la rivalidad, por el nivel de los jugadores, por la cantidad de gente que lo ve en todo el mundo. Y si lo juegas..., si lo juegas..., es inexplicable, ¿no?
Pep Guardiola (P. G.). No; lo tienes que vivir para explicarlo. He jugado siete y creo que no olvidaré nunca ninguno porque, por distintos, todos son especiales. Son partidos maravillosos. Pero, eso sí, el primero es diferente. Por lo menos, para mí.
F. H. El primero tuyo fue... el año siguiente al del pasillo.
P. G. Exacto, en la temporada 91-92: uno a uno.
F. H. Marcó El Buitre y empató Stoichkov.
P. G. Yo vi por la tele el del pasillo. Marcó Aldana, pero me pareció un gesto brutal.
F. H. Vosotros habríais hecho lo mismo.
P. G. Esas cosas, entre los futbolistas, salen con mucha naturalidad.
F. H. En aquel momento ya hubo polémica, no te creas, pero en el vestuario lo teníamos muy claro. Era fuera; en los periódicos, como siempre. Era una cuestión de sensatez, de deportividad y de dignidad como deportista.
P. G. Yo llegué al año siguiente.
F. H. Sí, cuando nosotros empezamos a correr detrás de vosotros. Cambiaste los conceptos del juego.
P. G. ¡El del gol, no te fastidia!
F. H. Que sí, hombre; eras un jugador absolutamente diferente. Estaba Milla, pero tú aún pensabas más rápido. Me acuerdo de que hablabas mucho.
P. G. ¡Que me lo digas tú!
F. H. Que sí; tenías 18 años y dabas órdenes como un viejo.
P. G. ¡Pensé que decías con los árbitros! ¡Tú sí que hablabas! Eso de la camiseta blanca y el escudo ese redondo os daba como mucha confianza con los árbitros.
F. H. Sí, la misma que a vosotros en el Camp Nou cuando nos echaban a dos en el minuto 20 y Figo y tú seguíais protestando.
P. G. Lo de las protestas lo aprendí de ti, no lo dudes. Habría querido aprender otras cosas, pero el físico no me daba. Así que me quede en eso. A ti te parieron del Madrid y, cuando naces del Madrid, pues... ya se sabe la relación con los árbitros. Porque otra cosa no, pero este señor es muy del Madrid. Incluso marchándose como se tuvo que marchar.
F. H. Tú naciste del Barça como yo nací del Madrid.
P. G. Tenías que haber fichado por el Barça cuando te lo propusieron. Todo eso que nos habríamos ahorrado. Me acuerdo de que el primer partido contra el Madrid lo jugué en el Camp Nou y te di una patada. Te levantaste y me clavaste una mirada que daba miedo.
F. H. Pero, cuando tú apareciste, yo ya jugaba atrás. Así que en el campo nos veíamos poco. Recuerdo que nos rompiste los esquemas.
P. G. ¿Qué iba a romper si era un crío?
F. H. Tú has pensado un segundo más rápido que el resto de los futbolistas españoles de tu generación, de la anterior y de la posterior. Y así nos iba a nosotros... Eras igual con 18 que con 30 años. ¡Anda que te ponías nervioso, que te quemaba mucho la pelota! Parecías todo un veterano. Y tocabais, tocabais... Nos hacíais correr mucho.
P. G. ¡Para lo que nos servía! Siempre nos ganabais. Lo que más recuerdo de jugar en el Bernabéu es que perdíamos siempre. Y del partido en que marcó Amor (0-1). Aquel día entendí que para ganaros había que salir a por vosotros. Y tampoco nos garantizaba nada.
F. H. Yo recuerdo que había una época, la de Cruyff, que siempre cambiabais el sistema no sé por qué. Tú, por ejemplo, un año marcaste a Emilio Butragueño.
P. G. Sí, el día de mi debut. Le hicimos un sandwich Ronald
[Koeman] y yo.
F. H. Nosotros mirábamos la pizarra y sabíamos si ganábamos. 'Inventan, ganamos', decíamos. Jugabais con tres defensas y contra nosotros, con cuatro. Agua. El año de Amor, no. Ése nos disteis un buen meneo. Si salíais más descarados, nos costaba más.
P. G. Sí, los años de Robson y Serra Ferrer son los que más daño os hicimos.
F. H. El de Serra Ferrer un agua nos disteis.
P. G. No os ganamos porque le anularon el tercero a Rivaldo. Y eso que llegábamos a 14 puntos. Mi último Madrid-Barça y que lo tenga que recordar por un gol anulado...
F. H. Antes me ha recordado un periodista de Barcelona que el linier del sábado es el mismo que el de aquel partido. Ya tienen de qué escribir. Eso es lo peor de estos partidos: la semana anterior.
P. G. Pues imagínate si eres el árbitro.
F. H. Por eso te digo. ¿Quién será el fenómeno que dice quien pita una semana antes? Si no nos importa a los que jugamos, ¡qué carajo ha de importarle a la gente! Para eso Inglaterra es fenomenal. Mira, yo del clásico suprimiría la semana anterior. ¡El partido del siglo! Me sobra esa mandanga. Estoy deseando que llegue el sábado y ver quién es más fuerte. El Barça se va a encontrar al mejor Madrid, que nadie lo dude. Mejor si están todos recuperados, si juegan Ronaldo y Zidane. Pero los que salgan saldrán a 200 y con 80.000 detrás animando. Y eso es mucho. El Madrid-Barça se juega en el Bernabéu y ganar aquí, cuidado, no es fácil. El Bernabéu acojona, ¿o no?
P. G. No sé si acojona, miedo... Pero se nota. La grada empuja. Juegas contra los once de abajo y los que gritan. El Bernabéu impone y, a no ser que cojas la pelota y te vayas a por el Madrid y hagas callar el estadio... El problema es que les fuerzas a jugar a la contra y, aun así, tienen calidad para matarte, claro. Pero, si especulas de entrada, estás firmando el suicidio.
F. H. Sí, pero mira el Barça el año pasado. Fantástico y perdía por dos a cero. Es cuestión de pegada. Si le quitas el balón, el Barça sufre. Hay que quitárselo.
P. G. El Barça va a tener el balón, olvídate. La clave está en qué haces con el balón. Porque si lo tienes para tocar y no buscar a Casillas, si no les asustas...
F. H. Yo, que el Madrid, no se lo daba. Entonces el Barça lo pasará muy mal. Xavi, Deco, Ronaldinho, Eto'o y compañía... Es como cuando estabais vosotros. O les quita la pelota o el Madrid está muerto. La pelota ha de jugarla el Madrid desde Casillas.
P. G. ¿Con quién? ¿Con quién sales con el balón? Sin Hierro y sin Helguera... Les decíamos a Kluivert y Rivaldo que os presionaran a vosotros. Que lo sacara Roberto Carlos o Míchel nos importaba menos. Por eso la baja de Helguera es más importante de lo que parece. Para que la tenga Zidane. ¿Quién se la lleva? ¿Quién se la da a Guti? ¿O le hacemos jugar de central?
F. H. La verdad es que miras línea por línea y hay una jerarquía en el Barça respecto al Madrid evidente: Puyol, Xavi y Eto'o no son comparables con ninguno. Hay más equipo, pero insisto en que eso, cuando empiece el partido, no vale para nada. Ésa es nuestra ventaja.
P. G. Pero, con todo respeto, el Barça tendría que decirnos a qué juega. En el mundo se juega al fútbol, pero el Barça juega a otro juego, a otro deporte. Eso sí, puedes ir diez veces al Bernabéu y perder ocho. Entra dentro de la lógica. Pero, si analizas, seis de las ocho habrá sido mejor y habrá sido fiel a su estilo, además. Hay una diferencia con el Madrid y es que sabe a qué juega.
F. H. Siendo cierto que la sensación, que yo comparto, es la de que el Madrid se está buscando, os ganamos seguro. Y, además, tú eres más romántico para eso. Yo quiero ganar y ganar, especialmente, en junio. El Barça fue mejor el año pasado porque ganó en junio. Además, por mucha diferencia de juego que haya mostrado, hay una cosa que no engaña...
P. G. En eso llevas razón. Hay un punto de diferencia.
F. H. Exacto. El Madrid, con lo que tiene, también garantiza ganar. Y yo quiero ganar.
P. G. No; yo, no. Yo no quiero ganar. ¡Yo quiero jugar bien y perder, no te fastidia! ¿He ganado cuatro Ligas jugando mal? ¡No me fastidies! El Barça está tres pueblos por delante del Madrid, pero es verdad que sólo le lleva un punto. Si fuera al revés, si el Madrid jugara bien y nosotros mal, el Madrid llevaría 12 de ventaja. Es así, siempre ha sido así. El Madrid se maneja mejor con los resultados jugando mal, mucho mejor. Nosotros hemos de jugar muy bien para ganar por cinco a cero. El Madrid, no. Sabemos que Ronaldo va al primer amago de presión y no al segundo, que la llegada de la segunda línea es tan importante como no perder la pelota en la zona del primer pase porque eso lo aprendemos desde niños... Vengo de hacer prácticas con cadetes en La Masía y tal y como lo aprendí yo lo siguen haciendo ellos.
F. H. Es verdad, el Barça hace diez años que nunca juega a más de dos toques y cambia de sistema puntualmente. Pero nosotros conducimos todos todo el rato y jugamos según quién se sienta en el banquillo.
P. G. Ahora bien, tenéis algo único: ganáis por competitivos como nadie. El día más horroroso, la tarde que jugáis a cualquier cosa menos al fútbol, 3-0 y a casa. Decís: 'Hoy toca ganar' y ganáis. De acuerdo, vale. Pero yo compro otra idea. Y ésa me la está vendiendo el Barça, no el Madrid. Y me quedo con ésa aunque el sábado perdamos. Que no vamos a perder. Si salimos a por vosotros, claro.
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