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Entrevista:HAKEEM OLAJUWON | Ex jugador de la NBA

"Los jugadores estadounidenses son demasiado egocéntricos"

Jordi Quixano

De niño, por las calles de la Nigeria colonial británica, aprendió a manejar la pelota con las manos. Empezó como portero de un equipo de fútbol y luego se pasó al balonmano. Pero hasta los 17 años nunca se acercó a un aro. Hakeem Olajuwon (Lagos, 1963), ya retirado, posee uno de los mejores currículos de la NBA: dos anillos, incluidos los MVP de las finales, y está en el Hall of Fame. Ahora, dedicado a sus negocios en invierno y a aprender el árabe en Jordania durante el verano, afirma que la NBA ha cambiado. Y para mal. Ayer, en Girona, apadrinó al Akasvayu, el equipo que ha revolucionado la Liga ACB fichando a Raúl López, Fran Vázquez y Dueñas.

Pregunta. ¿Cómo conoció el baloncesto?

Respuesta. Los técnicos del combinado nacional júnior de Nigeria, que eran americanos, siempre estaban dándome la paliza con que fuese a probar un día. Y cuando tenía 17 años, les hice caso. Me emocioné mucho al ver a los demás chicos botando la pelota, pasándosela por debajo de las piernas... ¡Y sin mirar! Así que me quedé embelesado y desde entonces no dejé de practicarlo.

P. ¿Qué opinaban sus padres?

R. Ellos estaban todo el día con sus negocios en una empresa de cementos. No me dejaban jugar; pensaban que era perder el tiempo. Por eso lo hice a escondidas. Aunque cuando me becaron para la universidad de Houston, vieron el lado bueno de este deporte.

P. Houston Rockets le eligió en el número uno del draft. Y, menos en el último año, siempre defendió la misma camiseta.

R. Es algo fuera de lo común en la NBA. A medida que pasaban los años nos dimos cuenta de la reciprocidad de sentimientos. Yo adoraba al equipo, a la ciudad, y el club y la afición me adoraban a mí.

P. ¿Por qué insistió, a su llegada a la NBA, en añadir la H a su nombre?

R. Porque es la forma correcta de escribirlo. Hakeem, en árabe, significa sabio. Aunque soy musulmán, sabio soy poco.

P. ¿Y cumplía el Ramadán?

R. Sí. Mis estadísticas, además, subían bastante cuando ayunaba. Sólo comía por la mañana y, si el partido era por la tarde, no necesitaba más energías. Aunque si era por la noche, me rugía un poco el estómago...

P. ¿Cómo ve el baloncesto fuera de Estados Unidos?

R. Sólo hay que mirar las últimas citas mundiales para darse cuenta de que ha mejorado mucho. Tanto que la selección norteamericana ya no gana. Los jugadores NBA tienen que trabajar más los fundamentos del deporte. Existe demasiado egocentrismo y demasiadas individualidades. Es un aspecto que tienen que cambiar.

P. ¿Qué tienen que hacer para recuperar la hegemonía?

R. Ponerse las pilas y aprender a jugar en equipo. Antes ganábamos a cualquiera. Ya no. Así que el equipo debería tener a dos o tres superestrellas y un elenco de buenos jugadores que los complementen. Tras los dos últimos fracasos, América no se lo podía creer.

P. Eso no pasaba con el Dream Team.

R. Es que por aquellos tiempos todos éramos verdaderas superestrellas. Ahora estaría bien crear un Mundial, donde se enfrentasen equipos de Europa contra los norteamericanos. Ambas partes podrían absorber nociones de los otros.

P. ¿En qué ha cambiado la NBA desde que empezó?

R. Antes siempre me enfrentaba a mayores. Ahora es lo contrario. Suben muy jóvenes sin cumplir pasos intermedios. Eso no es bueno. Al final de mi carrera, por esta razón, me era más fácil anotar canastas. Además, echo en falta ese juego duro bajo el aro. Ahora son más blandos y no suele haber piques tan competitivos como los de Pat Ewing y yo.

P. ¿Y Gasol?

R. Es uno de los pocos que se salva. Es un tío grande. Me encanta su juego y que no se amedrente ante nadie. Y le gusta machacar, cosa que yo adoraba.

P. ¿Y Raúl López?

R. No sé, sólo me fijo en los tíos altos.

Hakeem Olajuwon, ayer en Girona.
Hakeem Olajuwon, ayer en Girona.

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