Las previsiones apuntan a que lloverá durante toda la carrera

Todas las previsiones apuntan a que la carrera de mañana se disputará bajo una intensa lluvia. De ser así, sería la primera prueba disputada íntegramente con el asfalto mojado desde la celebrada en Brasil el año 2003.

Malos recuerdos debe tener Fernando Alonso de aquella cita. Acabó tercero, pero no recibió el premio en el podio: se lo dieron en la cama de un hospital de Sao Paulo.

El asturiano se vio involucrado en un grave accidente que obligó a la dirección de carrera a anular las vueltas que quedaban para la conclusión. Mediado el giro 54, el ovetense no pudo evitar los pedazos de los monoplazas que se habían accidentado delante de él y colisionó con una de las ruedas que, a la deriva, circulaban perdidas por la pista.

"La lluvia nos ha cambiado un poco los planes del fin de semana", reconoció ayer Alonso. "No estuvimos muy acertados con nuestras previsiones meteorológicas: creíamos que llovería a las once y pararía a las dos, hora de inicio de la segunda tanda", añadió. Ocurrió lo contrario. Durante la primera sesión la lluvia fue racheada pero con el inicio de la sesión de la tarde el cielo se cerró y se cebó con la zona de Las Ardenas. "Con los McLaren se mantendrán las distancias", respondió Alonso a la hipotética ventaja que supondría para su motor, menos potente que el Mercedes, una carrera con el cemento empapado. "Los coches buenos siempre están delante y los menos buenos detrás. Nunca hemos visto a un Minardi ganar una carrera con agua", acabó Alonso, que irradió confianza. Los 27 puntos de ventaja que tiene respecto a Raikkonen se lo permiten. No comete fallos, ni con agua en el asfalto ni sin ella a menos, claro está y como sucedió en Brasil en 2003, que alguien los provoque.