Carmen Calvo lamenta el egoísmo de algunos países

La ministra de Cultura, Carmen Calvo, afirmó ayer que, en materia de políticas culturales, "hay países que quieren el sálvese quien pueda". Se refería a Estados Unidos, Israel y Australia y a su negativa a ratificar el borrador sobre la protección de la diversidad cultural.

El documento, que el domingo fue firmado en Madrid por 45 países -con lo que son ya 130 los Estados que apoyan este texto, que será votado en una reunión de la Unesco en París en el mes de octubre-, reclama "el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales como base principal de la diversidad cultural...

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La ministra de Cultura, Carmen Calvo, afirmó ayer que, en materia de políticas culturales, "hay países que quieren el sálvese quien pueda". Se refería a Estados Unidos, Israel y Australia y a su negativa a ratificar el borrador sobre la protección de la diversidad cultural.

El documento, que el domingo fue firmado en Madrid por 45 países -con lo que son ya 130 los Estados que apoyan este texto, que será votado en una reunión de la Unesco en París en el mes de octubre-, reclama "el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales como base principal de la diversidad cultural".

Estados Unidos, Israel y Australia se niegan, de momento, a firmarlo. Calvo lo achacó a que en estos países la cultura se ve fundamentalmente "como una industria", algo con lo que la ministra no está de acuerdo porque la cultura "no se puede medir por si es más boyante o menos".

Para Calvo, el texto que se ratificó el domingo en el Museo del Prado de Madrid, pretende proteger todas las manifestaciones culturales "para que luego puedan competir en igualdad". Si no se aplican políticas en este sentido se perpetuará, según la ministra, una situación hegemónica. "No podemos permitir la homogeneidad de la cultura", dijo ayer en Córdoba durante la presentación de la VIII Conferencia Iberoamericana de Cultura. Japón también ha declinado firmar el acuerdo, pero Calvo dijo ayer que son objeciones menores las que plantea este país.

En el documento se sostiene que la cultura es un "factor de pluralismo, de democracia, de cohesión social y empleo, de crecimiento sostenible, de identidad de las sociedades y los individuos, y de diálogo", y se exige la adopción de garantías para "frenar la homogeneización y la estandarización actual, que puede suponer la quiebra del equilibrio entre culturas".

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