Robredo levanta el vuelo
El jugador catalán derrota a Marat Safin en un gran partido y se jugará contra otro ruso, Nikolay Davydenko, el pase a semifinales
En el día de Rafael Nadal y de David Ferrer, Tommy Robredo, de 23 años, se abrió también un hueco. Se enfrentaba a uno de los mejores jugadores del mundo, el ruso Marat Safin, y tuvo que luchar durante 3 horas y 50 minutos antes de poder levantar los brazos y ver concretado su triunfo por 7-5, 1-6, 6-1, 6-4, 8-6. Robredo será el tercer español en los cuartos de final, en lo que supone un importante cambio generacional en el tenis español. No están ni Carlos Moyà, ni Juan Carlos Ferrero, ni tampoco Albert Costa, los últimos campeones españoles en el torneo. Sin embargo, sigue habiendo una representación capaz de levantar el próximo domingo la Copa de los Mosqueteros.
Para Robredo el triunfo era especialmente importante, no sólo porque le concedía la oportunidad de igualar el mejor resultado que ha logrado en un Grand Slam, los cuartos de final que había disputado ya en París en 2003, sino porque su parte del cuadro se abrió ayer con la eliminación del finalista del año pasado, el argentino Guillermo Coria, octavo cabeza de serie. Robredo se enfrentará mañana al ruso Nikolay Davydenko (12º) y si entra en las semifinales se encontraría a uno de los dos argentinos que disputarán el otro cuarto de final: Mariano Puerta o Guillermo Cañas. Nombres todavía poco habituales en estas rondas de los grandes torneos. "¿Que se me abre el cuadro?", se preguntó Robredo. "Se me abriría si jugara contra usted [dirigiéndose a un periodista], pero no contra Davydenko, que la semana que viene saldrá ya como top ten y que acaba de ganar a Coria. No hay que desestimarlo".
Fue en Roland Garros donde la carrera de Robredo pareció despegar definitivamente, cuando en 2003 se enfrentó a Albert Costa, el futuro campeón, en cuartos. "Aquella vez fue muy distinto a lo de ahora", confesó ayer Robredo. "Entonces yo era un niño con talento, pero probablemente estaba en un sitio que no me tocaba. Ahora estoy aquí tras haber luchado contra un gran jugador y con aspiraciones de seguir adelante".
Contra Safin, Robredo jugó uno de los mejores partidos de la temporada. Se sintió cómodo en la pista, convencido de sus posibilidades y agresivo, especialmente en la parte final cuando todo se estaba decidiendo. Su temporada estuvo marcada por una lesión en el hombro derecho. Se sometió a infiltraciones en marzo y se hizo un tratamiento con láser en Italia. Volvió a las pistas y disputó la final de Estoril.
Ayer su hombro no le molestó y Robredo pudo desplegar toda la potencia de su juego. Pareció que el partido se le escapaba cuando cedió un 40-0 con su saque que le costó la cuarta manga. Pero entró en la quinta con decisión y cuando logró romper el saque de Safin en el 13º juego, no dejó escapar su última oportunidad. "Una de las claves fue mi fuerza mental. Al final estaba más tranquilo yo que él. Pero cuando las cosas llegan a este nivel, la presión es muy fuerte y hay otros factores, como la suerte, que pueden ayudarte. Bajo presión, además, es más fácil que Marat cometa más errores que yo". Robredo lo consiguió. Su victoria eleva el listón de su carrera profesional. De haber perdido habría dejado París con la sensación de haber dejado escapar una oportunidad única.
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