Pilarín Coquilla, ganadera
Pilar Sánchez Hernández, conocida por Pilarín Coquilla, ha sido una mujer de leyenda, tanto en el mundillo taurino como en el de la canción. Falleció en Salamanca a los 98 años la Ganadera salmantina, la protagonista de esa copla que cantó por todo el mundo Concha Píquer, con música de Quintero, León y Quiroga: "Amazona de leyenda / ganadera salmantina / estirpe de toros bravos / verde y oro es tu divisa". Y fue la primera mujer que, pintada por Vázquez Díaz, ilustró un cartel de toros, vestida de corto en pleno campo, en 1949.
Pilarín Coquilla, mujer avanzada para su tiempo, ejerció una reconocida independencia en el entorno de una sociedad marcadamente tradicional, no sólo porque fumaba, conducía, toreaba en la plaza de tientas o montaba a caballo por la finca familiar de Coquilla, que le proporcionó su "apellido", sino porque superó normas sociales impuestas a la mujer, al igual que en su relación con los hombres se mantuvo en un plano de igualdad respetada.
Era ésta una situación especialmente llamativa en un medio tradicionalmente machista, con amplia relación con toreros que en la década de los años 30 convirtieron Coquilla en uno de sus puntos preferentes de estancia, como ocurrió con Marcial Lalanda, Domingo Ortega, Antonio Márquez, Gitanillo de Triana, Manolete o, especialmente, Cagancho, rendido ante la mujer a la que enviaba en cajas de puros las orejas que cortaba.
El interés de los toreros por la ganadería de la finca Coquilla, donde ejerció como anfitriona Pilarín, se debió al excelente juego de los toros durante las décadas de los años 20 y 30. Fue en 1916 cuando Francisco Sánchez, su padre, adquirió parte de la ganadería del Conde de Santa Coloma, encaste que cuajó en el campo salmantino y el hierro de la ganadería figuró a la cabeza en todas las ferias, con especial eco del toro Madroñito, que por su bravura esculpió Mariano Benlliure.-
