La Guardia Civil detiene a los empresarios de la obra donde murió un trabajador 'sin papeles'
Los agentes les acusan de contratar mano de obra ilegal y de no socorrerle tras el accidente
La Guardia Civil detuvo ayer a los dos propietarios de la constructora Robles y Santiago S.L., promotora de la obra de Maracena (Granada) en la que falleció un inmigrante sin permiso de trabajo y residencia el martes. Los detenidos declararon tras el accidente que no conocían al trabajador y que se había caído de un andamio cuando fue a pedir trabajo, pero según los agentes, estaba empleado en la obra desde que comenzó. Uno de los empresarios huyó del tajo tras el siniestro sin prestar auxilio al herido. El otro amenazó al hermano del fallecido con su expulsión si denunciaba a la compañía.
Las investigaciones de la Guardia Civil de Maracena, concluyen que las medidas de seguridad con las que se desarrollaban los trabajos no eran las adecuadas en el momento en que se produjo el accidente en el que falleció el boliviano Carlos Romero. Los empresarios se apresuraron a instalarlas antes de que los agentes realizaran la inspección, pero estos detectaron que se habían colocado tras la muerte del inmigrante.
La Guardia Civil considera probado que el empleado murió cuando trabajaba en la estructura del hueco del ascensor que instalaba la empresa en un bloque de pisos de esa población. Su relación con la constructora duró al menos dos semanas (desde que comenzaron los trabajos), por lo que los dos propietarios de la empresa conocían su situación irregular, lo que, según los agentes constituye un presunto delito contra los trabajadores extranjeros.
Tras la muerte del obrero el pasado martes, los responsables de la constructora declararon a la Inspección de Trabajo y los sindicatos que no conocían al fallecido. Según su testimonio, Carlos se cayó del andamio de forma casual cuando buscaba al jefe de obras del edificio para pedirle trabajo. Su hermano Agustín, que afirmó haber trabajado durante una semana para esa misma empresa, aseguró que el fallecido trabajaba de forma irregular con los detenidos desde el pasado mes de septiembre y que la constructora retenía el pasaporte de su hermano y de otros obreros extranjeros que tenía en plantilla. Ese pasaporte lo tenía el gestor de la constructora que, según los agentes, tenía supuestamente la intención de legalizar su relación contractual en el proceso de normalización de trabajadores extranjeros.
La Guardia Civil asegura además que uno de los dos empresarios, M.R.L., de 38 años y vecino de La Zubia (Granada), huyó del lugar de los hechos inmediatamente después de que el obrero se precipitara al vacío sin prestarle auxilio, por lo que le acusan de un delito de omisión de socorro. La caída se produjo en la tarde del pasado 14 de febrero, pero el trabajador no murió hasta la mañana del día siguiente en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital de Traumatología de Granada, según el Servicio Andaluz de Salud.
El hermano del inmigrante fallecido denunció a los agentes que, durante las horas de agonía del obrero en el hospital, el otro detenido, M.A.S.M., de 29 años y natural de Monachil (Granada), se presentó en la UCI para amenazarlo con que le harían la vida imposible y revelarían su situación irregular para que lo expulsaran de España, en caso de que denunciara las condiciones laborales en las que trabajaba el fallecido y sus compañeros. La Guardia Civil cree que esa advertencia podría suponer un delito de coacciones.
Esa amenaza, según Agustín, se extendió al resto de compañeros de trabajo de su hermano, aunque varios de ellos han manifestado a los sindicatos su intención de declarar sobre su situación contractual y las medidas de seguridad dispuestas por la empresa en el tajo hasta el momento en que se produjo el accidente. Los detenidos prestaron declaración en el cuartel de la Guardia Civil de Maracena y en los próximos días serán puestos a disposición judicial.
Tres siniestros más
Desde la muerte de Carlos Óscar se han producido otros tres accidentes laborales en Andalucía. En el primero, ocurrido en Alhaurín de la Torre (Málaga) el miércoles, falleció electrocutado un hombre de 21 años al chocar contra una línea de alta tensión la pluma de la grúa que manejaba. Ese mismo día, en Villaviciosa (Córdoba), un trabajador de la empresa pública Egmasa falleció al caer de un árbol en el que recogía piñas. El tercer siniestro se produjo ayer en un edificio en construcción de Huelva, donde uno de los empleados se precipitó al vacío. La caída le produjo heridas de pronóstico reservado de las que los médicos le tratan en el hospital Juan Ramón Jiménez.
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