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Aparcar dejará de ser gratis desde mayo en el centro de Barcelona

El Ayuntamiento retrasa hasta octubre la aplicación de la medida en el resto de barrios previstos

El área verde, una suerte de zona azul que diferencia entre residentes y foráneos, empezará a aplicarse el 2 de mayo en los barrios barceloneses de Ciutat Vella y el Eixample. En las más de 12.000 plazas en las que aún se puede aparcar de forma gratuita habrá que pagar los días laborables y en horario diurno. Los residentes pagarán tarifas irrisorias, mientras que a los foráneos les costará 2,75 euros la hora, más que en la zona azul. El Ayuntamiento ampliará el área verde en octubre a los barrios de Sants-Montjuïc, Les Corts, Sarrià-Sant Gervasi, Gràcia y Horta-Guinardó.

El concejal de Movilidad y Seguridad de Barcelona, Jordi Hereu, enumeró ayer las virtudes de la regulación: ordenará el espacio público, reducirá el tráfico, el ruido y la contaminación y terminará con los vehículos anclados en la vía publica, tanto los abandonados como los que anuncian su venta. "Evitaremos que una persona deje el coche una semana en la calle, a no ser que sea un residente", agregó.

El área afectada cuenta con 12.398 plazas libres. De éstas, 1.720 se destinarán a carga y descarga y 400 a aparcar motocicletas (que por el menor espacio que necesitan se convertirán en 2.000). El remanente son 935 plazas en Ciutat Vella y 9.345 en el Eixample. En este distrito, los que no sean vecinos pagarán 2,75 euros la hora, hasta un máximo de dos. A los residentes, aparcar el coche les costará 20 céntimos de euro al día y 1 euro a la semana.

En Ciutat Vella, a los vecinos se les aplicará la misma tarifa, y a los no residentes se les prohibirá aparcar en la zona verde. "El déficit de plazas es tan grande que no podemos dejar entrar a nadie más", razonó Hereu. La medida se aplicará en los días laborables y desde las 8.00 hasta las 20.00 horas, así como los sábados a los no residentes que aparquen en las calles más transitadas del Eixample. El resto del fin de semana y durante las noches, las plazas seguirán siendo gratuitas. La nueva zona verde convivirá con las 5.354 plazas de zona azul que suman los dos distritos. Los precios de ésta van ligados a la distancia que la separa del centro, pero en todos los casos son más baratos que los del área verde. Así, la hora de las tarifas A y B -las aplicadas en ambos distritos- cuesta 50 y 75 céntimos menos respectivamente. Los aparcamientos municipales, gestionados por Saba, también aplican una tarifa inferior: 2,25 euros la hora. Sólo algunos aparcamientos privados tienen precios similares o ligeramente superiores. Toda Ciutat Vella -excepto la Barceloneta, que no queda afectada por el momento- forma una sola zona de residencia. El Eixample cuenta con seis. Los residentes sólo podrán beneficiarse de las tarifas económicas en su propia zona, a excepción de las llamadas zonas de solapamiento, en las que se permitirá al vecino invadir la contigua en una distancia de una manzana (veáse el gráfico). La zona verde se ampliará a los barrios de

Sants-Montjuïc, Les Corts, Sarrià-Sant Gervasi, Gràcia y Horta-Guinardó, con los que el Ayuntamiento tiene previsto negociar los detalles en breve. La medida entraría en vigor el próximo 1 de octubre. Al igual que en el Eixample, el área verde favorecerá a los residentes pero sin llegar a prohibir el estacionamiento a los foráneos, como ocurre en Ciutat Vella.

El concejal de CiU, Jaume Ciurana, afirmó ayer que el aparcamiento en las zonas afectadas por la nueva regulación debería ser exclusivo y gratuito para los vecinos. "El Ayuntamiento no ofrece más solución que la de pagar por aparcar, sin garantizar al residente que tendrá una plaza cerca de casa", dijo.

Más de 300 vigilantes

Los residentes recibirán durante este mes información sobre la nueva regulación. A los que cumplan el perfil -estar empadronados y pagar el impuesto de circulación en Barcelona- se les enviará a su domicilio una tarjeta individual. El Ayuntamiento ha abierto una oficina (plaza de Carles Pi i Sunyer) para resolver dudas de forma personal y corregir las disfunciones que pueda provocar el nuevo sistema.

Aunque la fecha de inicio es el 2 de mayo, el consistorio ha establecido un periodo de adaptación de tres meses para los residentes. Así, éstos recibirán una tarjeta de prepago con un crédito de 12 euros (tantos como semanas dura el plazo de prueba). Exentos de pagar, sus obligaciones se reducirán a acercarse al parquímetro para sacar el resguardo. Los no residentes pagarán desde el primer día.

A los 140 vigilantes actuales se les añadirán unos 200, 70 de los cuales empezarán a trabajar de forma inmediata. El resto lo hará en la segunda corona. En Ciutat Vella y el Eixample se colocarán 1.050 parquímetros nuevos.

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