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La policía alemana busca pruebas contra tres árbitros y 14 futbolistas

La policía alemana puso en marcha ayer a las seis de la mañana una redada en 10 Estados federados en busca de pruebas contra tres árbitros y 14 jugadores de fútbol de siete equipos de Segunda división y Segunda B. La fiscalía de Berlín declaró ayer que se actúa contra un total de 25 sospechosos en toda Alemania. Lamenta la fiscalía que informaciones periodísticas hayan inculpado ya el martes a varios implicados, con lo que se levantó la liebre y favoreció la destrucción de pruebas. Objetivos de la redada policial de ayer son los presuntos implicados en el escándalo de sobornos para manipular resultados y ganar dinero en las apuestas. Tres hermanos croatas propietarios del Cafe King en el corazón de Berlín oeste se encuentran ya desde el pasado viernes en la cárcel de Moabit en Berlín. Sobre ellos pesa la amenaza de un proceso por estafa organizada por banda criminal. Este delito está castigado con penas de hasta 10 años de cárcel.

La declaración del árbitro Robert Hoyzer, que admitió haber cobrado por manipular partidos, ha involucrado a otros colegas y futbolistas. Hoyzer puede convertirse en testigo de cargo, pero corre también el riesgo de que la fiscalía lo incluya en la acusación como parte de la banda estafadora de las apuestas. Su abogado, Stephan Holthoff-Pförtner, que también defendió los intereses del canciller Helmut Kohl, declaró que detrás de la banda de las apuestas podrían encontrarse individuos vinculados a los servicios secretos de países del Este de Europa. El escándalo ha adquirido una nueva dimensión al figurar entre los implicados Jürgen Jansen, un árbitro de la Bundesliga. La Federación Alemana (DFB) lo retiró el domingo "para protegerlo" de arbitrar el partido Werder Bremen-Hansa.

Toppmöller acusa

Se examinan ahora con lupa pasados arbitrajes de Jensen y se sospecha de sus decisiones en un Kaiserlautern-Friburgo. El entrenador despedido del Hamburgo, Klaus Toppmöller, que considera a Hoyzer en parte culpable de su destitución por la derrota en la Copa contra el Padernborn de Segunda B, acusó a Jansen de haber decidido la Bundesliga 2001-02. Entonces Toppmöller entrenaba al Leverkusen y, según él, Jansen pitó en el último minuto un penalti inexistente a favor del St. Pauli que supuso el empate 2-2 y la pérdida para el Leverkusen de puntos decisivos. "Con el 2-1 nosotros y no el Dortmund habría ganado el campeonato", dijo Toppmöller. Por su parte el árbitro inculpado realizó una declaración jurada en la que rechaza todas las acusaciones y asegura no haber manipulado ningún partido.

El escándalo salpica a la DFB, acusada de no haber intervenido a tiempo. El pasado agosto, con motivo del Paderborn-Hamburgo de Copa y el arbitraje de Hoyzer, la casa estatal de apuestas Odsett advirtió por fax y por teléfono a la DFB de las posibles irregularidades ante el volumen de pronósticos y las cantidades de dinero a favor del equipo de Segunda B. La DFB ignoró las advertencias y salió en apoyo del árbitro corrupto, en vez de investigar a fondo el caso.

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