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Reportaje:PERSONAJE

La explosión de Miller

El esquiador estadounidense mejora su preparación y rompe récords con seis triunfos en todas las especialidades

Corren tiempos de récords en los deportes invernales. El último finlandés volador, Janne Ahonen, ganó ayer su séptima prueba de ocho disputadas en la Copa del Mundo de saltos. En el esquí, la primera especialidad de la nieve, la explosión ha sido de Bode Miller. La temporada 2004-2005 se recordará como aquella en que un estadounidense ya destacado en campañas anteriores se encaramó definitivamente como uno de los más grandes esquiadores de la historia. Y de los más raros, porque tras batir plusmarcas ha dejado entrever que podría retirarse a final de temporada sin esperar a los Juegos Olímpicos de Turín 2006. Quizá porque a sus 27 años recién cumplidos el 12 de octubre, este potente mocetón estadounidense nacido en Franconia (New Hampshire), hijo de padres hippies, que se crió sin electricidad ni agua corriente en casa, ha descubierto el cielo de los dioses que tanto buscaba y no quiere más. Quizá hasta se ha relajado ya mismo y por eso no le ha ido bien el fin de semana italiano -cuarto en el supergigante de Val Gardena, 14º en el descenso y ni siquiera terminó el gigante ayer de Alta Badia-.

Pero su triunfo el pasado lunes en el eslalon de Sestrieres, que redondeaba su polivalencia, disparó sus plusmarcas hasta seis triunfos en 10 pruebas disputadas y, sobre todo, al igualar en sólo 16 días, con victorias en las cuatro carreras -eslalon, gigante, supergigante y descenso- lo que logró hace 16 años el luxemburgués de origen austriaco Marc Girardelli en 72. Miller también es ya uno de los cinco elegidos que han ganado durante su carrera en las cinco modalidades desde que en la temporada 1985-1986 entró en el circuito el supergigante, la prueba más moderna. Girardelli dejó el récord en 46 triunfos ante el suizo Pirmin Zurbriggen, 40, el noruego Kjetil Andre Aamodt, el último gran polivalente, 21, Miller, que ya se le acerca, con 18, por delante del austriaco Gunther Mader, que se quedó en 14. A finales de noviembre, el que ya se conoce como Killer, se convirtió en el primer esquiador que gana las tres primeras carreras en modalidades diferentes -el gigante de Sölden (Austria), el 24 de octubre, y el descenso y el supergigante de Lake Louise (Canadá), el 27 y el 28 de noviembre-. Por su calidad y su físico, 1,87 metros y 87 kilos, también recuerda a otros nombres legendarios como Alberto Tomba -aunque él sólo hizo pruebas de habilidad-, o la última gran estrella, Hermann Maier, aún en activo, pero al que parece no dar más de sí su pierna recuperada milagrosamente tras el grave accidente de moto de 2001. Herminator sigue subiendo a los podios, pero sin vencer, como ayer, de nuevo tercero.

"Ahora soy un esquiador"

Bode Miller empezó su carrera ganando pruebas en la Copa del Mundo en 2001, un gigante y dos eslalones. Su estreno olímpico se saldó con dos medallas de plata en los Juegos de Salt Lake City 2002, en gigante y en la combinada -suma de eslalon y descenso-, y en los siguientes Mundiales de 2003 logró dos oros y una plata. Llevaba hasta esta temporada de Copa del Mundo -que del 29 de enero al 13 de febrero tendrá el paréntesis de unos nuevos Mundiales en Bormio (Italia)-, 12 triunfos. En una sola ya ha añadido la mitad.

Se le criticaba una cierta laxitud, pero lo ha subsanado. Dice que ya no tendrá baches de baja forma como en el pasado, que dejaban su palmarés en eterna promesa. Ha mejorado aún más su forma física -practica a alto nivel desde el tenis y el motocross hasta el golf-, y también la psíquica y la técnica -sus brazos, caderas, piernas y tobillos compiten en potencia y ha encontrado la mejor posición para la aerodinámica contra el aire y así ganar metros en cada curva al clavar sus esquíes en la nieve-. Ello le ha permitido ganar los dos primeros descensos de su carrera, algo que le faltaba y que ha conseguido al haber adquirido mayor corpulencia y valentía para aplicar su estilo a la velocidad. "Ahora soy un verdadero esquiador", ha dicho al cumplir su sueño de ganar en todas las pruebas, aunque es el primer sorprendido de tanto éxito. Lo suyo es tan asombroso que incluso lleva a pensar si no se está aprovechando de un vacío de calidad general en el circo de la nieve.

Bode Miller, en el eslalon gigante de ayer, en Alta Badia, que no terminó.
Bode Miller, en el eslalon gigante de ayer, en Alta Badia, que no terminó.REUTERS

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