Mourinho caza a Mutu
El delantero del Chelsea admite haber consumido cocaína tras dar positivo en un control ordenado por su técnico
Mutu, una de las grandes estrellas del fútbol rumano, admitió ayer que dio positivo en un control antidopaje. El delantero del Chelsea, que puede perder su empleo -tiene aún tres años y medio de contrato- y ser suspendido por un periodo de entre seis meses y dos años, confirmó haber tomado cocaína y renunció al contraanálisis. Con su confesión, realizada siguiendo el consejo de sus representantes, espera ser tratado con la menor dureza posible.
El Chelsea pagó casi 16 millones de libras (23 millones de euros al cambio actual) al Parma por Mutu en la temporada anterior. Sus primeros partidos fueron explosivos, con cinco goles en seis, pero su rendimiento fue declinando y su relación con el entrenador de entonces, Claudio Ranieri, deteriorándose. Ranieri le reprochaba su vida desordenada, su gusto por el alterne hasta altas horas de la madrugada en los clubes londinenses.
Las relaciones entre Mutu y su nuevo técnico, el portugués José Mourinho, no han sido mejores. Su último enfrentamiento se produjo la semana pasada, cuando Mutu decidió jugar con Rumania contra la República Checa pese a estar ligeramente lesionado. Mourinho le sancionó con dos semanas de sueldo.
Pero el peor episodio entre ambos se dio en septiembre, cuando Mutu jugó fatal ante el Aston Villa y a los pocos días no se presentó a un entrenamiento. "¿Se ha lesionado en casa o en el banquillo?", preguntó entonces Mourinho con sorna a uno de sus agentes, Ioan Becali. Entonces decidió someter a un control antidopaje a Mutu y a otros dos jugadores que también se habían saltado la sesión. El suyo dio positivo.
El presidente de la Asociación de Futbolistas Profesionales, Gordon Taylor, se quejó de que el nombre de Mutu haya sido filtrado la víspera a la prensa. También quiso salir en su defensa al puntualizar que "no es lo mismo una droga recreativa que una droga que se consume para aumentar el rendimiento deportivo", sugiriendo que hay que poner más énfasis en remediar la posible adicción del jugador que en sancionarle.
Sin embargo, el rumano se enfrenta a un mal precedente. El Chelsea despidió en 2002 al que era entonces su portero suplente, el australiano Bosnich, por consumir cocaína. La FIFA le suspendió por nueve meses. Hay, eso sí, una diferencia: Mutu ha aceptado su culpabilidad, ha renunciado al contraanálisis y espera que su colaboración permita suavizar el castigo. Bosnich, en cambio, nunca aceptó que hubiera tomado cocaína, siempre mantuvo que se la mezclaron con una bebida sin que él lo supiera y recurrió al segundo análisis, que confirmó el resultado positivo del primero.
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