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Crítica:DORMIR
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Tonos blancos y luz mediterránea

HOTEL AMÉRIGO, neoclásico y minimalista, en el centro de Alicante

Otra incursión de la cadena Hospes en los territorios del lujo y el encanto toma como referencia el centro histórico de Alicante. Primero fue en el barrio sevillano de Santa Cruz, con las singulares Casas del Rey de Baeza. Después, en el litoral mallorquín de Calvià, con el clásico Maricel. Ahora, el grupo turístico (participado por la empresaria Alicia Koplowitz) lanza un guante blanco sobre un inmueble residencial de 1855.

El hotel rinde homenaje con su nombre al alcalde que trajo el tren de Madrid. José Gabriel Amérigo hizo fortuna en América y regresó con idea de reflejar en su ciudad las tendencias arquitectónicas que a mediados del siglo XIX iluminaban el Nuevo Mundo. Su edificio se componía de dos cuerpos, uno bajo almohadillado y otro superior con pilastras, extendidos sobre el mismo pasaje cubierto que da acceso peatonal al hotel.

HOTEL AMÉRIGO

Categoría: 5 estrellas. Dirección: Rafael Altamira, 7. Alicante. Teléfono 965 14 65 70. 'Web': www.hospes.es. Instalaciones: terraza, piscina, gimnasio, salón, sala de convenciones (48 personas), bar, comedor. Habitaciones: 56 dobles y 3 'suites'; todas con baño, climatización regulable, teléfono inalámbrico, acceso a Internet, TV de plasma y DVD con películas gratuitas, persiana regulable electrónicamente desde la cama, minibar gratuito, albornoz, secador y zapatillas de baño. Servicios: no hay facilidades para discapacitados, no admite perros. Precios: todo el año, 140 euros + 7% IVA; desayuno, 12 + 7% IVA. Tarjetas de crédito: American Express, MasterCard, Visa.

Arquitectura ... 7

Decoración ... 8

Estado de conservación ... 9

Confortabilidad habitaciones ... 7

Aseos ... 6

Ambiente ... 7

Desayuno ... 5

Atención ... 8

Tranquilidad ... 7

Instalaciones ... 8

Los artífices de la rehabilitación, Vicente Bolufer en la arquitectura y Elvira Blanco en el interiorismo, han mantenido el esencial neoclásico de la fachada, pero subvertido todo lo que hay bajo techo con una matemática minimalista de maderas wengé y tapicerías candi o marfil. La entreplanta sirve de comedor para desayunar con la mirada puesta sobre el vestíbulo, compartido con una zona de salones estilo japonés. La galería ofrece un ver sin ser visto muy al gusto de la clientela más discreta. Lástima que el afán estilístico manifiesto en la presentación de los platos se administre con menudencia en la bollería. Sorprende también la pequeñez de las habitaciones, mimadas en los detalles y puestas de blanco. Igual que los cuartos de baño, esbozo extraño de integración en la alcoba. Las más silenciosas dan al pasaje interior. Y en la cuarta planta, una piscina climatizada con hidromasaje y efecto oleaje, un gimnasio-sauna, un solárium y una balconada desde la cual se domina la ciudad.

Una de las dependencias del hotel Amérigo de Alicante.
Una de las dependencias del hotel Amérigo de Alicante.FERNANDO GALLARDO

ALREDEDORES

PRÓXIMOS al hotel se sitúan dos monumentos significativos de Alicante: el Ayuntamiento y la concatedral de San Nicolás. Muy cerca quedan también la explanada de España y el puerto de Alicante, cuyos complejos de ocio (el Panoramis y la Marina Deportiva) se han convertido en centros de la movida nocturna. Allí se sitúa la playa del Postiguet, antesala del castillo de Santa Bárbara, mirador sobre la ciudad.

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