Rafael Blanco y Manuel Fonseca, en la cúpula del deporte español

Jaime Lissavetzky, el nuevo secretario de Estado para el Deporte, anunció ayer los nombramientos de Rafael Blanco como director general de Deportes y el de Inmaculada Martín-Caro como directora general de Infraestucturas, así como el de Manuel Fonseca como jefe de su gabinete.

Blanco, presidente de la Federación Española de Natación y vicepresidente del Comité Olímpico Español, es militante del PSOE y fue concejal del Ayuntamiento de Córdoba de 1999 a 2003. Martín-Caro llegó en 1988 al Consejo Superior de Deportes con el entonces secretario de Estado, Javier Gómez-Navarro, y se había mantenido al frente de la Secretaría General hasta ahora. Fonseca, el directivo con mayor currículo, regresa al CSD, donde fue director general, tras su dilatada trayectoria como presidente del piragüismo, su deporte; secretario general del COE, director del área deportiva de los Juegos de Barcelona 92 y responsable de la candidatura olímpica invernal de Jaca.

Blanco, dialogante y afable, pero al que se han criticado los pocos frutos de la natación española desde que la dirige, desde 1992, sí ha luchado por un mayor protagonismo de las federaciones con el grupo de presidentes de calidad que han demostrado saber mantener el éxito del 92 pese sus quejas de sentirse abandonados por el CSD y por la inoperancia del COE. Ahora deberá subsanarlo.

"Es un reto personal después de unos años en que ha habido una etapa gris", comentó Blanco. "Es un buen momento de abrir las puertas, de escuchar a todos y de participar en todo lo que se mueve en el deporte español, y más aún en un año olímpico", añadió en clara referencia al mandato de Juan Antonio Gómez Angulo, acusado de dedicarse más a representaciones y actos institucionales e internacionales que a los problemas federativos particulares.

Lissavetzky demostró ya ayer un claro cambio de rumbo al citar a la semana de su nombramiento a todos los presidentes. A los 53 de las 62 federaciones que asistieron les pidió "limpieza y transparencia". Confirmó su intención de lanzar un plan antidopaje y que será inflexible en que las selecciones españolas sean la única representación internacional de España.