Cartas al director

Kissinger

Acercarse a los medios de comunicación es, entre otras cosas, una necesidad. Nos movemos en un mundo muy complejo y de esta manera podemos tomar posiciones para intentar mejorar el lugar en que vivimos. Pero a veces el contacto con la información es un ejercicio de indignación cuando la naturaleza de ciertas noticias supera lo imaginable.

Recuerdo que a nuestro inefable Juanito, el hispano-teutónico olímpico, se le retiró la medalla de oro por dar positivo en el control antidoping. Hasta aquí nada que objetar. Pero resulta que, en la pagina de Internacional del 6-12-03, este peri...

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Acercarse a los medios de comunicación es, entre otras cosas, una necesidad. Nos movemos en un mundo muy complejo y de esta manera podemos tomar posiciones para intentar mejorar el lugar en que vivimos. Pero a veces el contacto con la información es un ejercicio de indignación cuando la naturaleza de ciertas noticias supera lo imaginable.

Recuerdo que a nuestro inefable Juanito, el hispano-teutónico olímpico, se le retiró la medalla de oro por dar positivo en el control antidoping. Hasta aquí nada que objetar. Pero resulta que, en la pagina de Internacional del 6-12-03, este periódico nos informa de que los recientes documentos desclasificados en Washington nos confirman algo que ya sabíamos, aunque necesitábamos pruebas de este tipo para darle carta de legitimidad a nuestras sospechas. El ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger, a mediados de los setenta, "pidió a la dictadura argentina acelerar la guerra sucia". Lo tremendo de esta informacion es que el honorable caballero tiene el Premio Nobel de la Paz y nadie que yo sepa le ha pedido que devuelva este preciado galardón, que hace mucho tiempo no le pertenece. Y así, el mundo sigue su imperturbable curso. Paren, yo me quiero bajar.

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