Vidas centenarias

El Salón de Cristal del Ayuntamiento de Valencia se llenó ayer de más de un siglo de vivencias, recuerdos y experiencias. El Consistorio, con ocasión de la XX Semana de Homenaje a Nuestros Mayores, brindó un tributo a los más ancianos de todos ellos y reunió en la sala a 11 mujeres y cuatro hombres que han superado los 100 años de vida. Valencia tiene censadas a 140 personas que nacieron a principios del siglo XX.

Acompañados de sus familiares, los homenajeados afrontaron con una mezcla de curiosidad y orgullo los flases de las cámaras y las preguntas de los periodistas en un acto "entrañable" que reconoció que su trabajo "ha hecho que Valencia sea más importante", según la concejal de Progreso Humano, Marta Torrado. La concejal citó a cada invitado al homenaje y resaltó su edad antes de entregarle un regalo, un plato de porcelana. Marta Torrado, con amplia sonrisa, deseó a cada centenario o centenaria "que cumpla muchos más", y todos aceptaron los buenos deseos hasta que le llegó el turno a Vicente Martínez Porcar, que levantó la mano y dijo que "no", que con 100 años de vida a él le basta.

"Si no tuviera uno tantas dolencias...", argumentaba después mientras los camareros ofrecían bebidas y canapés. "A esta edad se es un estorbo y a mí ya me aburre todo", decía este hombre, que recuerda que la riada de 1957 inundó su casa "hasta 70 centímetros" y que inauguró el Cine Rialto "como operador de cine". Durante la guerra civil "no estaba en ningún bando, sólo quería trabajar" y se colocó "como ajustador de cañones" en una fábrica de armamento. "Hoy el mundo está acelerado, pero es más pacífico", opinó Martínez, sentado junto a la persona de más edad de la sala, Francisca Díez Gómez, con 105 años cumplidos. Unos años que parecían pesarle lo justo. "Yo me siento bien", aseguraba Francisca, que vive con una hija en Valencia y se entretiene escuchando la radio. Si repasa su larga vida, le llama la atención "que todo ha subido mucho, pero se está mejor". En cambio, su vecina de silla en la sala, Presentación Martí Salvador, nacida en el barrio de Marxalenes, cree que "el mundo está muy revuelto". "No me gusta mucho cómo vive la juventud, la veo demasiado libre", dijo esta mujer, que disfrutó emocionada del homenaje a pocos días de cumplir 101 años.

El guión del acto se modificó a petición de los familiares de Ricarda Collida López, de 102 años, que quisieron darle su particular homenaje y recitaron una breve poesía en la que la describieron como buena esposa, "madre celestial", y abuela y bisabuela "fabulosa". Bisabuela es también la centenaria Ángeles Velert, y mientras su familia dirimía si lo es de 13 o 14 bisnietos, ella resaltaba que ha tenido "una buena vida" en la que ha criado a cuatro hijos que le han dado 10 nietos, una vida en la que le han impactado "las guerras" que ha conocido de cerca o lejos en un planeta "que está un poco loco".

El acto duró algo más de una hora en la que los homenajeados y sus familiares contaron la historia de sus vidas centenarias, como Consuelo Bou, de 100 años, que en sus años mozos fue "pinzadora de telares en Alcoi", donde nació. O Pilar Navarro Llorca, de 101, que lucía una bufanda roja y cuya sobrina dijo de ella que asumió "los trabajos más duros" tras ser "pionera en ponerle las maletas a un marido en la puerta" en los años treinta.