Los clubes modestos se enfrentan a los grandes e insisten en retrasar la Liga
El G-30 (los 22 clubes de la Segunda División y ocho de Primera) decidió ayer plantar cara al G-12 (los más poderosos). La asamblea de la Liga Profesional, a la que sólo asistieron ellos, acordó no comenzar el torneo mientras no hayan vendido sus derechos televisivos. También aprobó que todos los partidos se disputen en domingo, entre las cinco y las siete de la tarde, aunque a la semana siguiente haya competiciones europeas. A su vez, el G-12, que ha impugnado el acto, insistió: "Se jugará [el próximo fin de semana] porque la mayoría de los equipos de Primera quieren jugar".
El Consejo Superior de Deportes no abordará el conflicto hasta el lunes, día en que el G-30 tiene previsto proseguir su negociación para la venta de los derechos de TV.
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