Casillas atrapa el Trofeo Naranja

Después de tanta cháchara sobre el partido del verano, resultó que la realidad se impuso tozudamente en Mestalla, que acogió el domingo por la noche un amistoso puro y duro. Presenciado por escaso público y con todas las carencias físicas y técnicas de estas alturas del verano. Con toda la cordialidad por parte de los contendientes. Y con las intervenciones de los porteros Casillas y Palop como claves para mantener el 0-0 y llegar a los penaltis, en los que venció el Madrid. Casillas detuvo el lanzamiento a Pellegrino. Anecdótico, pero erró Pellegrino, el mismo que falló en la final de la Copa de Europa que el Valencia perdió ante el Bayern Múnich en 2001.

En contra de lo esperado, el Madrid funcionó en la defensa y decepcionó en el ataque, donde estuvo muy lento. El Valencia mantuvo el equilibrio conocido, pero careció de la pegada que ya arrastró el pasado curso. Y eso que su nueva incorporación, el brasileño Oliveira, lo buscó con verdadero ahínco. Y con buenas maneras. Pero sin suerte. En el Madrid, la primera parte de Zidane y la seguridad de Casillas fueron lo más destacado. El resto, desaparecido: Raúl, Figo, Beckham y Ronaldo pasaron de puntillas.

Ante el primer rival serio de este periodo estival, el conjunto de Carlos Queiroz dejó dicho que está muy lejos de lo que se supone será su mejor nivel. Ese que mostró por momentos Zidane, el único dispuesto a romper la sobriedad del encuentro con un golpe de genialidad. Dio dos pases maravillosos a Ronaldo.

El Valencia parece otro. No se sabe si mejor o peor, pero otro. Jorge López y Oliveira le dan otro perfil. El riojano aporta más técnica al centro del campo, pero le resta entradas por la banda. Se junta a los medio centros. El brasileño se agrupa a los mediocampistas y busca las paredes y las triangulaciones.

Al Madrid le faltó vitalidad. Jugó muy parado, como exhausto tras su gira asiática, y eso se notó sobre todo en la salida del balón. Autoexcluido Makelele, Queiroz deberá encontrar quien corte y distribuya con la mayor precisión. No lo hizo Cambiasso, muy limitado a las labores de recuperación, ni tampoco Beckham, que lo intentó más tarde.

En el último instante, el noruego Carew dispuso de un remate fácil a escasos metros de Casillas, pero, una vez más, el meta madridista sacó lustre a sus reflejos.