EE UU cree que Rusia utilizó un gas anestésico derivado del opio

La mayoría de expertos opina que el arma usada no viola ninguna convención internacional

Estados Unidos cree que la sustancia usada por los rusos al asaltar el teatro moscovita donde un comando suicida checheno retenía a 800 rehenes no pertenece a los gases militares y se trata en realidad de un analgésico, concretamente, de un derivado del opio. Así lo señalaron ayer fuentes diplomáticas de EE UU en Moscú, avalando la explicación general que ha dado el Kremlin. La mayoría de expertos parece coincidir en que el gas usado pertenece a la categoría de armas no letales, que la policía y grupos antiterroristas usan en muchos países y que no violan ninguna convención internacional.
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Estados Unidos cree que la sustancia usada por los rusos al asaltar el teatro moscovita donde un comando suicida checheno retenía a 800 rehenes no pertenece a los gases militares y se trata en realidad de un analgésico, concretamente, de un derivado del opio. Así lo señalaron ayer fuentes diplomáticas de EE UU en Moscú, avalando la explicación general que ha dado el Kremlin. La mayoría de expertos parece coincidir en que el gas usado pertenece a la categoría de armas no letales, que la policía y grupos antiterroristas usan en muchos países y que no violan ninguna convención internacional.

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Esas declaraciones no significan que se haya podido identificar la composición exacta del gas asesino, pero algunos expertos militares, tanto norteamericanos como rusos, coinciden en que se trata de una sustancia incapacitante. Algunos investigadores en EE UU manifestaron hace dos años que el Pentágono debería investigar precisamente entre los opiáceos -que incluyen la morfina y la heroína- para desarrollar nuevas armas no letales.

Estas sustancias no sólo quitan el dolor y embotan los sentidos, sino que también pueden causar la muerte bloqueando el sistema respiratorio y de circulación sanguínea. Y las autoridades rusas, por boca del anestesiólogo jefe de Moscú, Yevgueni Yevdokímov, ya habían explicado que el gas utilizado, cuando se aumenta su dosis, produce alteraciones de las principales funciones del organismo.

Investigadores de la Universidad Lomonósov, de Moscú, señalaron que se trataba probablemente de un derivado del fetanil, un analgésico y anestésico sintético elaborado en Bélgica en los años cincuenta. Las fuentes norteamericanas también sospechaban que se trataba del opiáceo fetanil en aerosol. Esto vino a ser confirmado indirectamente por los médicos rusos. Ellos comentaron a funcionarios de la Embajada estadounidense en Moscú que habían intentado tratar a los rehenes con atropina, un antídoto contra muchos gases nerviosos, pero que no dio resultados positivos; en cambio ayudó el narcan, que se emplea para combatir efectos de los opiáceos.

Sin embargo, son muchos los que no creen que el fetanil u otros anestésicos opiáceos puedan tener consecuencias tan mortíferas. El doctor John Tinker, investigador del departamento de anestesiología del Centro Médico de Omaha, de la Universidad de Nebraska, es uno de los escépticos. 'Uno podría haber bombeado todos los anestésicos gaseosos de Nueva York en esa sala y nadie se hubiera quedado dormido', dijo a Associated Press.

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Para haber tenido efectos tan instantáneos y terribles, el gas utilizado tiene que haber sido una mezcla de incapacitantes con gases nerviosos, opina el científico. Pero el doctor Thomas Zilker, que en Múnich trató a dos alemanes que sobrevivieron al asalto, considera que no se utilizó ni un opiáceo ni una mezcla de éste con gases nerviosos, sino un anestésico general que puede ser letal si es mal administrado.

Sea como fuere y a pesar de que ayer se confirmó la muerte de dos estadounidenses a causa del gas usado el sábado por las fuerzas especiales rusas, Estados Unidos piensa que el Kremlin actuó de forma debida. No puede reprocharle el uso del gas, ya que ante la amenaza de los extremistas de hacer volar el teatro con los 800 rehenes dentro simplemente no había alternativa.

De los 655 rehenes que fueron ingresados en las clínicas moscovitas a causa de los terribles efectos del gas, 485 ya han sido dados de alta, según las últimas informaciones dadas ayer por la tarde. Todavía quedan 245 hospitalizados, de los cuales 16 se encuentran en estado crítico.

75 desaparecidos

A pesar del gran número de muertos que ha causado el gas -117 de momento, cifra que puede sobrepasar los 200, ya que hay 75 personas desaparecidas, que no están en los hospitales ni en los depósitos funerarios-, las autoridades se han negado a dar la fórmula de la sustancia utilizada. Y, según los expertos, lo más probable es que no lo hagan y tampoco la faciliten a especialistas extranjeros.

'Cualquier Estado en la actual situación, cuando el mundo se enfrenta a amenazas terroristas globales, actuaría de la misma forma, ya que revelar la fórmula química del gas usado sólo serviría para armar a los extremistas', declaró a Interfax en condiciones de anonimato un alto oficial del Ministerio de Defensa ruso.

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